A mediados de marzo tocará en el flamenco festival de nueva york que rinde homenaje a paco de lucía

Sergio de Lope, la flauta que habla de Andalucía

El artista ha compartido su filosofía sobre el flamenco en el Teatro Cómico 

Sergio de Lope, en el Teatro Cómico, en el acto de celebración del Día de Andalucía.

Sergio de Lope, en el Teatro Cómico, en el acto de celebración del Día de Andalucía. / Víctor Castro

Araceli R. Arjona

Araceli R. Arjona

Sergio de Lope es uno de esos músicos de nueva generación que además de tocar con maestría, en su caso la flauta y el saxofón flamencos, tiene un don especial para comunicar y contagiar el entusiasmo que siente por lo que hace. Natural de Priego, está afincado en Granada y este jueves ha viajado a Córdoba para celebrar en el Teatro Cómico Principal el Día de Andalucía. Cuando se le pregunta qué es para él Andalucía, responde que«es parte de lo que soy yo y mi acento como ser humano». Según el artista, «cuando sales de España, te das cuenta de que la mayor parte de los elementos culturales que representan a este país en el extranjero son andaluces», explica, «hace unos años estuve en la embajada de España en Washington y tiene un patio andaluz presidido por una imagen de la Virgen de los Reyes de Sevilla... el traje regional con el que se nos identifica, pese a haber muchos diferentes, es el de Andalucía».

El flamenco es una música que ha sido capaz de conectar con públicos de todo el mundo, algo que en su opinión, se debe «a la posición geoestratégica de España y de Andalucía, puerta de entrada a Occidente y conexión entre Oriente y Latinoamérica», pero también se explica porque «mientras la música oriental tiene muy desarrollada la melodía y muy poco la armonía y en Occidente pasa justo al revés, hay mucha armonía y poca melodía, el flamenco aúna las dos cosas, sobre todo, desde Paco de Lucía, que fue quien disparó la armonía y la puso al mismo nivel que la melodía, creando una auténtica bomba musical». 

El flamenco, continúa, «se desarrolló en el contexto sociológico andaluz y es igual que Andalucía, que se caracteriza por su apertura y por ser una esponja que absorbe lo mejor de todas las culturas». Y sentencia, «las identidades culturales lo que tienen que hacer es sumar y no separar». De Lope afirma que «el purismo no existe, solo existe tradición y vanguardia» y, parafraseando al flamencólogo Faustino Núñez, sentencia que «la música ni se hace ni se destruye, se transforma» porque todo viene de algo anterior. En su opinión, «el flamenco es el arte más impuro que existe» y eso es bueno «porque el purismo no es más que ego y miedo a lo diferente». 

Sergio de Lope empezó a tocar el saxofón en el Conservatorio con 7 años y a los 12 se salió y empezó a tocar flamenco, aunque hasta los 16 no cogió la flauta. En su casa, no se escuchaba flamenco. Su familia era amante de la música, pero lo que se oía era zarzuela, recuerda. «Fue un guitarrista de Priego, Luis Víctor Pérez, que fue quien me enseñó lo que era el flamenco y me animó a coger la flauta», recuerda, «me dio unos discos, enamoré de lo que oí y de ahí pasé a Paco de Lucía». 

Autodidacta por obligación, aprendió escuchando a Paco de Lucía, sacando las canciones de oído y echando horas a la flauta para intentar encajar su interpretación dentro de los cánones flamencos. Por eso destaca la «anomalía» que supone que en los conservatorios de Andalucía se pueda estudiar piano, batería o contrabajo de jazz, pero no flauta o percusión flamenca. 

En unos días, viajará a EEUU, una tierra de la que destaca «su educación musical, mejor que la de España», para participar en el Flamenco Festival de Nueva York, que este año rendirá homenaje a Paco de Lucía, donde se unirá a 80 músicos de la Manhattan Wind Ensemble (que tocarán por primera vez flamenco en su vida), dentro del espectáculo Sin límites. 

Su objetivo no es otro que tocar y compartir su «acento flamenco» con otros públicos y otros músicos del mundo. Y es que, para De Lope, «el único límite que existe en la música y en todo en la vida está en la mente humana». Será la cuarta vez que dé un concierto en Nueva York. 

Esta vez, sonarán tangos flamencos, fandangos de Huelva, la nana que compuso para su hijo y el Solo quiero caminar de Paco de Lucía, un maestro del que destaca que fue capaz de «trascender al género» y por eso «hay en el mundo, porque yo lo he comprobado, quien no sabe lo que es el flamenco, pero sí sabe quién es Paco de Lucía».