CLAUSURA DE LA CITA POÉTICA

Fin de fiesta de Cosmopoética con la fusión de Lin Cortés en el Fuenseca

Ángel Antonio Herrera afirma que «toda poesía es biográfica, pues de otro modo sería burocrática»

William Alexander González y Ale Oseguera participan también en la última jornada del festival

La mexicana afincada en Barcelona Ale Oseguera, en un momento del recital en la Sala Orive.

La mexicana afincada en Barcelona Ale Oseguera, en un momento del recital en la Sala Orive. / LUIS RIVERA

Diario CÓRDOBA

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Cosmopoética dijo ayer adiós a su 20º edición en Córdoba. Tras nueve días cargados de actividades literarias, musicales y escénicas, el festival vivió una larga jornada que coronó en el cine Fuenseca la fusión flamenca de Lin Cortés y el trío Electronic Flamenco Esquejes (EFE). 

Más allá de la Cosmoverbena que puso el broche festivo al ciclo, Cosmopoética recibió a lo largo de su jornada de cierre a poetas de diversas generaciones y estéticas, que volvieron a protagonizar una tarde cargada de literatura en la Sala Orive, sede central de un festival que se ha expandido este año a otros espacios como el Botánico, el Teatro Góngora, mercados municipales, la Casa Góngora e institutos de Secundaria de la ciudad.

Ángel Antonio Herrera y William Alexander González, con José María Martín.

Ángel Antonio Herrera y William Alexander González, con José María Martín. / LUIS RIVERA

El escritor Ángel Antonio Herrera, un veterano del panorama literario y periodístico español, y el joven autor de origen nicaragüense William Alexander González Guevara fueron los encargados de abrir el fuego con un recital conjunto que estuvo presentado por el periodista José María Martín.

Herrera leyó textos de su poesía reunida, que acaba de publicar la editorial Akal, y antes del recital reflexionó en un encuentro con la prensa sobre su relación con la poesía. Recordó Herrera que esta edición lo que recoge son 30 años de creación poética, los que van desde 1984 hasta 2014, y explicó que todavía se reconoce en los versos que escribía con 18 o 19 años.

«Los temas de mi poesía, como la pérdida y el amor como antídoto, son los mismos de entonces, lo que ocurre es que de joven y al no tener experiencia veía como conjeturas lo que podía ser la vida y ahora eso es algo que se ha consumado», comentó. También señaló que, siguiendo el ejemplo de Octavio Paz, considera que cada poema es un borrador del siguiente, de ahí que haya decidido ordenar su poesía completa desde lo más nuevo a lo más antiguo, con el fin de que se pueda leer primero lo que considera más perfecto y avanzar hacia el origen. 

Ángel Antonio Herrera también se reconoció en la genealogía barroca y «arborescente» de la literatura española, en una línea en la que entronca con Umbral, Gómez de la Serna, Valle-Inclán, Larra y tantos otros en siglos precedentes hasta llegar a la picaresca. 

«Mi estilo viene de ahí», señaló el escritor, que también indicó que, en su concepción, «el pensamiento es el lenguaje». El autor de Los espejos nocturnos defendió por último su posición literaria al margen de grupos y tendencias, alejada de los cenáculos al uso y de la vida literaria, y explicó que «toda poesía es biográfica, pues de otro modo sería burocrática».

Por último, reflexionó sobre los vínculos que existen entre sus poemas y sus columnas periodísticas, que cree que están emparentadas. «Mis columnas cuentan lo que yo he visto en la calle y en ellas está la mirada del poeta y algunos recursos poéticos que se pueden utilizar, aunque siempre con cuidado», manifestó.

«Me inspira mi madre, una emigrante soltera»

El escritor nicaragüense William Alexander González, el ganador más joven en la historia del premio Loewe, defendió en Cosmopoética su poesía de trasfondo social, en la que se rastrea la influencia de su propia vida como hijo de una mujer inmigrante y trabajadora en el sector de la limpieza

«Mis poemas tienen un evidente compromiso», afirmó el joven escritor, que ha dedicado textos a los gitanos de su barrio madrileño, a las mujeres inmigrantes que trabajan en el servicio de limpieza o a los profesores que ha tenido en su vida y que le han permitido acercarse al conocimiento. «Me inspira mi madre, una emigrante soltera que luchó mucho para traer a sus tres hijos y para darnos unos estudios», reivindicó el joven autor.

Muy personal fue, por último, el recital de la poeta y actriz mexicana afincada en Barcelona Ale Oseguera, que escenificó sus poemas demostrando ante el público su capacidad para convertir los textos poéticos en algo oral, lírico e incluso musical. 

La escritora detalló que ella trabaja en primer lugar los textos con el fin de publicarlos, pues «pertenezco a una generación en la que sin libro no hay literatura», pero luego los analiza para ponerlos en escena de la forma más sugestiva y emocionante. La autora también reflexionó sobre la labor de Las hermanas del desorden, un grupo que formó junto a otras tres artistas en Barcelona hace diez años, que se dedica a explorar las posibilidades sonoras y escénicas del verso.

Tras estas sesiones poéticas de Orive, el festival se despidió con el concierto de Lin Cortés y el trío cordobés Electronic Flamenco Esquejes en el cine Fuenseca, que planteó una nueva sorpresa al público de Cosmopoética, al poder sumarse a la fiesta con la que Lin y su familia celebraron en el escenario el cumpleaños del artista.

No obstante, el sábado también dejó momentos literarios en otros lugares como el Botánico, con la presencia de la escritora Ana Merino y la clausura del taller Versos que anidan, o el mercado de La Corredera, que recibió ayer el proyecto Abasto, una iniciativa de Melisa Calero y Juan Antonio Bernier que sorprendió a los ciudadanos que acudían a mediodía a hacer su compra al céntrico edificio. 

En definitiva, una disparidad de espacios y propuestas que demuestran que el festival Cosmopoética, que este año ha recibido a grandes escritores como Ida Vitale, Le Clézio, Muñoz Molina o John Banville, sigue hoy tan vivo como cuando se fundó hace ahora justo dos décadas.