ENTREVISTA | Miguel Ángel Parra Periodista y escritor

«Le debemos mucho a los gays que ahora tienen más de 80 años»

Miguel Ángel Parra.

Miguel Ángel Parra. / CÓRDOBA

Como «una de las sorpresas que te da la vida» está viviendo el periodista y guionista jiennense Miguel Ángel Parra el éxito de su primera novela, Miss Dragón, con la que se ha alzado con el premio Literatura Diversa 2023 y en la que da visibilidad a una parte de la historia de este país que durante muchos años se mantuvo escondida y de la que apenas hay nada publicado. La novela se adentra en las fiestas semiclandestinas de Marbella durante la dictadura, en las que una vez al año los homosexuales de la zona, a los que se unían algunas celebrities de la época, elegían a Miss Dragón en el bar Dragón Rojo. «Era un refugio para mucha gente, un oasis de libertad», señala el autor, que destaca, sobre todo, que con esta obra ha querido poner en valor el papel que jugó en España la generación anterior de homosexuales, los gays que ahora tienen más de 80 años. «Le debemos mucho, no solo el colectivo Lgtbi, sino toda la sociedad, porque ellos lucharon por construir un país mejor y nos abrieron muchas puertas a todos», señala Parra, que este viernes presentará Miss Dragón en el Centro de Recepción de Visitantes, a las 20.30 horas, en un acto que también servirá para presentar a los galardonados con los premios Lgtbi Andalucía, uno de ellos el propio autor. 

En esta novela aborda las fiestas en semiclandestinidad de la Marbella de los sesenta, en la que los homosexuales de la zona elegían a Miss Dragón en el popular bar Dragón Rojo. ¿Qué le hizo adentrarse en este tema?

Me encontré de casualidad con esta historia mientras estaba trabajando como guionista en un documental sobre Marbella. Pero yo quería contarla a mi manera. Me sorprendió la historia en sí y también el hecho de no hallar absolutamente nada publicado sobre ella. Gracias al documental, encontré a algunos de los personajes reales que vivieron la historia, aunque el principal, Luismi, es ficticio. Pero todo lo demás es real, porque me lo han contado de primera mano los protagonistas que siguen vivos.

Es extraño que nadie haya contado esta historia.

Sí. Pero yo reconocí rápidamente que era digno de contar y me pareció fascinante porque pertenece a una parte de la historia reciente de Andalucía y España que había sido invisibilizada y que había que recuperar. Por otro lado, he querido poner en valor el papel de estas personas, que se jugaron la vida y la libertad simplemente por ser como eran. Pese a todo, ellos fueron unos privilegiados porque Marbella tenía unos condicionantes y especiales, ya que en el pueblo, hasta el cura los protegía.

¿Quién participaba de estas fiestas?

La elección de Miss Dragón se hacía una vez al año, y asistían muchas de las celebridades de la época, como Carmen Sevilla o Antonio el bailarín, pero eran fiestas ilegales.

Los personajes tienen como escenario el bar Dragón Rojo. ¿Qué historia encierra este lugar?

Encierra la historia de muchas personas discriminadas que se fueron a la Costa del Sol a trabajar en los años sesenta, en la época de expansión del turismo, y encontraron allí un pequeño refugio. De hecho, la novela va un poco de eso, de la familia elegida que algunos encontraron allí, como le pasó a Luismi, un joven al que echan de su casa por ser homosexual. Él representa a muchos jóvenes en esa Andalucía reprimida y represora que encontraron en otro sitio una familia alternativa frente a la que les había rechazado y un pequeño oasis en el que poder vivir sus vidas y ser felices.

Ha conseguido hablar con algunos testigos vivos de esa época. Debe haber escuchado miles de anécdotas.

Ellos no le dan mucha importancia a aquello, pese a que eran fiestas ilegales y corrían un riesgo. Pero ellos no lo veían así. Fueron muy valientes. Una de las testigos me contó que en aquella época los participantes del concurso apenas disponían de trajes o zapatos de su talla y curiosamente las señoras de la alta sociedad, para quienes trabajaban la mayoría de estos jóvenes, les prestaban trajes y joyas para que ganaran. Los apoyaban y protegían, igual que el pueblo y hasta la policía.

La temática homosexual es una constante en su obra. ¿Cree que queda mucho por contar sobre la represión de tiempos pasados?

Esta es la prueba más evidente. Yo tengo la sensación de que estoy en deuda permanente con esa generación de homosexuales, los que ahora tienen más de 80 años. Le debemos mucho, no solo el colectivo Lgtbi, sino toda la sociedad, porque ellos lucharon por construir un país mejor, más abierto, más diverso y más plural y nos abrieron muchas puertas a todos. Y creo que hay que devolverles lo que hicieron.

Su trayectoria está muy ligada al mundo del cine. ¿Le gustaría llevar a la gran pantalla esta historia?

Me encantaría, de hecho estoy trabajando en la adaptación. Creo que es bastante audiovisual y mi primera intención era hacer un guión cinematográfico para conmemorar, en octubre, los 50 años de una redada en la que algunos de estos personajes, a pesar del apoyo y protección con el que contaban en Marbella, fueron detenidos. Pero lo positivo es que siguieron apoyándoles, y es con eso con lo que me quiero quedar.

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