Al margen

Marlowe

Fotograma de 'Marlowe'.

Fotograma de 'Marlowe'. / CÓRDOBA

Entre tanto cine fatuo, vacío e inane, que llegue un título firmado por el irlandés Neil Jordan -autor de recordadas producciones como Mona Lisa (1986), Juego de lágrimas (1992), Michael Collins (1996), El fin del romance (1999) y tantas otras- y con un reparto encabezado por un trío de ases: Liam Neeson, Diane Kruger y Jessica Lange, al menos puede provocar buenas expectativas. Si además, el guion de William Monahan está basado en el libro La rubia de ojos negros que John Banville (aunque firma como Benjamin Black cuando hace género negro) escribió basándose en el personaje original de Raymond Chandler que da título a la película, aumentarán las garantías.

Sin embargo, el problema llega cuando no se hace caso a aquel dicho de que las comparaciones son odiosas. Así que si nos olvidamos del pasado cinematográfico que entraña este personaje, disfrutaremos mejor de esta cinta que, aunque no lo parezca, en parte ha sido rodada en Cataluña simulando una historia situada en Los Ángeles, años treinta, con una deslumbrante fotografía, en color, de Xavi Giménez. Por tanto, olvídense del blanco y negro con que fueron rodadas otras obras protagonizadas por este detective.

La intriga arranca cuando Philip Marlowe es contratado por la hija de una famosa estrella de la época dorada del cine de Hollywood para buscar a su examante, desaparecido después de simular su fallecimiento en un accidente. A partir de ahí, entrarán en juego una serie de personajes y ambientes de lo más peligroso con los que se tendrá que relacionar el protagonista para poder llegar hasta el desaparecido y desenmascarar la red de mentiras en torno a la prostitución y el tráfico de drogas que circulan en lujosos clubes, alrededor de los grandes estudios cinematográficos. El filme está realizado algo más allá de la mera corrección, respetando cada una de las claves del género negro; sin embargo, no pasará a la historia del séptimo arte como el mejor de este autor, pero se agradece su llegada y permanencia en las pantallas de nuestra ciudad -aunque solo sea en versión doblada-.

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