Morente. El barbero de Picasso , el documental que se ha convertido en el último trabajo del cantaor al haberse terminado de rodar pocos días antes de su muerte, muestra a un artista que "estaba muy vivo" y que resalta los dos "valores fundamentales" de su vida: la familia y la amistad. La película se presentó ayer fuera de concurso, dentro de la sección oficial del decimocuarto Festival de Cine Español de Málaga por "deseo expreso" del propio Morente, que quería que se estrenase en la ciudad natal de Picasso, dijo en rueda de prensa su director, Emilio Ruiz Barrachina.

"Enrique vio el material de toda la película con el pijama debajo del brazo porque se iba a la clínica. Rodamos hasta el último día porque estaba perfecto", añadió el cineasta, que recordó el rodaje nocturno, tres días antes de la hospitalización de Morente, en las salas del Centro de Arte Reina Sofía. Según Ruiz Barrachina, el artista "no tenía ninguna sensación distinta a la de cualquier persona que va a entrar en quirófano", y de hecho para el 13 de diciembre, fecha de su fallecimiento, tenían una sala reservada para empezar a montar el documental.

"Una persona que cree que se enfrenta a una operación a vida o muerte no queda diez días después para seguir trabajando", apuntó el director, que con este trabajo ha conocido "a un grandísimo artista, pero mejor persona". Morente era "una fábrica de ideas geniales", señaló.