La ausencia de resultados oficiales de la autopsia de Michael Jackson alimenta filtraciones y desmentidos sobre posibles causas de su muerte. El diario londinense The Sun publicaba ayer en exclusiva mundial supuestos detalles de los exámenes realizados al cadáver del cantante. Horas más tarde un portavoz de la oficina del forense en Los Angeles desmentía la filtración.

En parte, al menos. Jackson era en el momento de morir, según The Sun , un esqueleto de 51 kilos, que apenas podían sostener su 1.77 de altura. Un cuerpo arruinado por el abuso de los fármacos y de las operaciones de cirugía estética. Los forenses, decía, no hallaron en su estómago resto alguno de alimentos. Lo que si encontraron fueron diversas píldoras a medio digerir, que están siendo analizadas.

Siempre según The Sun , el cadáver presentaba señales de haber recibido cuatro inyecciones de adrenalina a la altura del corazón, que le pusieron para intentar resucitarle. De su estilo de vida hablaban las innumerables marcas de pinchazos en caderas, muslos y espalda, que se atribuyen a las inyecciones de narcóticos y calmantes que se inyectaba desde hace años, tres veces al día. A estas cicatrices había que añadir otras mucho más profundas en el rostro, incluida la destrucción parcial del tabique nasal, resultado de al menos 13 operaciones de cirugía estética. El cuerpo quedó además con varias costillas rotas a causa de los frenéticos esfuerzos por volver a echar andar su corazón. Los médicos descubrieron hematomas y cortes leves en las piernas y la espalda del músico, aún sin explicar, que pudieron deberse a caídas durante los intensos ensayos con los que preparaba su vuelta a los escenarios.

Ed Winter del departamento el forense de Los Angeles, que realizó la autopsia, puntualizó más tarde que lo publicado "no ha partido de esta oficina". "No sabemos de dónde viene la información o quien la ha proporcionado. No es correcta. En algunos puntos es totalmente falsa". "La información en The Sun no es el resultado de nuestra autopsia ni de la privada. Ni siquiera hemos hecho aún el informa de nuestra autopsia", añadía.

The Sun aseguraba también que Jackson estaba casi completamente calvo y llevaba puesta una peluca cuando murió. "La familia y los seguidores de Michael se horrorizarán cuando se den cuenta del pésimo estado en que se encontraba", declaraba una fuente próxima al círculo de Jackson. El periódico también desvelaba el comportamiento del cardiólogo Conrad Murray, que había sido contratado por los organizadores de los conciertos, AEG Live, solo 10 días antes de la muerte. Murray trató de resucitar a Jackson, después de tenderle inconsciente en una cama, algo que contraviene las más elementales normas de primeros auxilios, que exigen poner al paciente en una superficie dura, antes de empezar a comprimir su pecho. Prince el hijo del cantante, de 12 años, habría presenciado el desvanecimiento mortal de su padre en el salón de la casa en Los Angeles, donde ambos se hallaban, creyendo al principio, que se trataba de una broma. A Jackson al parecer le gustaba hacerse el muerto de vez en cuando para divertir los niños. En unas declaraciones que recogía otro diario británico, The Mirror , el biógrafo de la familia, Stacy Brown, revelaba que el chico estaba petrificado.