MATRIX RELOADED

Dirección y guión: Andy y Larry Wachowski.

Intérpretes: Keanu Reeves, Laurence Fishburne, Carrie--Anne Moss, Monica Bellucci, Hugo Weaving.

Nacionalidad: USA, 2003.

Duración: 138 minutos.

Dos chicos de la llamada Mafia de la Gabardina perpetraron hace unos años unos terribles asesinatos en el instituto Columbine. Luego se quitaron la vida. En su momento se dijo que actuaron influenciados por Matrix, la película de los hermanos Wachowski. Cuatro años después, el estreno del documental de Michael Moore, Bowling for Columbine y la llegada a las carteleras de la segunda entrega de Matrix, reabren el debate del influjo del cine hiperviolento en determinados espectadores. Una de las razones que alegan los entendidos es que este tipo de filmes presenta la violencia de una manera altamente estética y glamourosa.

MESIAS CIBERNETICO

Pero al margen de esta disquisición, con la que se puede estar más o menos de acuerdo, lo que Matrix Reloaded nos propone con la continuación de las aventuras del Elegido, Morfeo y Trinity, enfrascados en desentrañar y destruir la red informática que controla a los deshumanizados humanos, seres inconscientes al servicio de una maquinaria de imaginería virtual, es un más difícil todavía, ofreciéndonos más de lo mismo pero amplificado. La muestra perfecta y literal de esta apreciación son las peleas entre el mesías cibernético encarnado por el impertérrito Keanu Reeves y el guardián de los circuitos informáticos de esa supuesta irrealidad que es el mundo en que vivimos. Lo que en la primera entrega era una lucha marcial y técnicamente deslumbrante, en ésta segunda se convierte en una batalla campal extenuante entre Neo y un sinfín de multiplicados agentes Smits.

REVOLUCION

Matrix era un producto fílmico impecable adscrito al género de ciencia--ficción, que provocó una revolución en sus cimientos técnicos, y cuyos hallazgos visuales han sido copiados hasta la saciedad en esta era de fagocitación audiovisual, aderezado con luchas propias del cine marginal de artes marciales, y que se apoyaba en un interesante y a ratos confuso relato en el que se mezclaban por igual la filosofía con la religión, la mitología y diferentes y supuestos estratos de realidad: la real y la virtual.

Y todo eso que hacía de Matrix una propuesta un tanto novedosa y destacable, se ha convertido en Matrix Reloaded en su principal punto flaco. Aquellos impactantes efectos especiales se han tornado aquí en tontas y fatigosas imágenes extraídas de un videojuego que acaban, por su desmesura y su repetición, saturando y cansando las retinas de los espectadores. Y la acariciada metafísica que pretendía darle sustento y consistencia al entramado de la acción, acaba convirtiéndose en un galimatías difícil digestión. Claro que como ésta es sólo una segunda parte de una trilogía aun inconclusa, quizá haya que esperar a Matrix Revolutions para aclarar todo el embrollo.

La saga de Matrix está llamada a ser todo un éxito comercial, pero si la primera parte epataba y esta segunda empacha, esperemos que lo queda por venir no nos haga... perder el juicio del todo. Esperemos que no. Al menos antes de que nos desconecten.