Un enfoque en clave de humor para adultos que discurre durante el inicio del periodo de confinamiento y posterior desescalada del reciente estado de alarma, muy en la línea de las anécdotas de Manolito gafotas de Elvira Lindo o del Diario de Greg de Jeff Kinney. El personaje principal, Bartolomé, nos invita a entrar en el estrecho universo de su casa en esos días de obligado encierre y compartirlos, con su familia: Virtudes, su mujer, sus dos hijos, Rubén y Palomita, el perro, Milou y Doña Asunción, su suegra. Pronto se desencadenarán las anécdotas más divertidas y disparatadas en un heroico y casi épico intento de continuar con cierta «normalidad» dentro de un entorno probablemente demasiado reducido para la armoniosa convivencia de esta singular familia con la que el lector podrá sentirse fácilmente identificado.

Los momentos más hilarantes vendrán propiciados por el contraste de dos personalidades notablemente opuestas: la de Bartolomé, padre de familia, y la de Doña Asunción, madre de Virtudes y suegra de este. Bartolomé, hombre prudente, sencillo y complaciente, verá atropellada su autoestima con demasiada regularidad ante el carácter dominante, avasallador y absorbente de su suegra, doña Asunción, para quien su yerno es solo un pobre hombre «atontado» y «fartusco», al que no considera «un hombre de verdad». Para este papel cuenta ya con su hijo, Francisco Jesús, hermano de Virtudes, cuñado de Bartolomé, vividor, amante de las mujeres, el juego y el vino. Nuestro narrador, de esta forma, sobrevive como puede al día a día entre las pullas e indirectas que su suegra le profiere a cada descuido en un obstinado empeño por subyugarlo a su antojo. Es entonces cuando se producen las escenas más jocosas y divertidas para el disfrute del lector que siente el irrefrenable impulso de reír «a carcajada limpia» al tiempo que empatiza y se solidariza con la figura del «hombre acorralado» entre su deber como padre, esposo y yerno y su deseo de verse valorado en el ámbito de su propio hogar. Disfrutaremos de momentos cómicos en el contexto de una familia corriente en la que cada uno de los personajes cumple con su papel, bien definido y en la que el aburrimiento no tiene cabida. De esta forma asistiremos, por ejemplo, a una procesión que culminará en el balcón, donde serán grabados por unos vecinos y aparecerán en la tele, a una romería, la celebración «casera» de las cruces de mayo, un secuestro, un reencuentro en Facebook con un antiguo pretendiente que traerá consigo su sorpresa y otras muchas y variadas anécdotas que, con absoluta seguridad, amenizarán y alegrarán el momento escogido para su lectura.

Con un lenguaje, fresco, ameno, directo y sencillo, Fernando Molero nos propone participar en las diferentes experiencias, producto del confinamiento, por las que atraviesan las ocurrencias, peripecias y contratiempos de unos personajes localizados entre «las cuatro paredes de su casa» que aportarán aire fresco y grandes dosis de comicidad eclipsando por un momento el lado más austero de este confinamiento.

‘Relatos de la cuarentena’

Autor: Fernando Molero Campos.

Córdoba, 2021.