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Las empresas del centro

Óptica Herrera: buen servicio

La familia Herrera lleva más de medio siglo cuidando de la vista de los cordobeses

Óptica Herrera: buen servicio

En la calle Caño, número 2, casi en la esquina con la plaza de Chirinos, se ubica desde hace unos 15 años la Óptica Herrera, aunque la historia de este establecimiento se remonta a bastantes años más atrás. Rafael Herrera abrió su primera tienda en la calle Eduardo Lucena, en 1968. Él había descubierto el mundo de la óptica de la mano de su suegro, que era fotógrafo y desde entonces, y aún hoy, sigue vinculado a la profesión óptica. Óptica Herrera es un local moderno, de diseño actual, que cuenta con un puesto sentado y otro de pie, además de un escaparate diáfano que permite mostrar algunos de los productos que ofertan a fiel clientela.

Actualmente, Rafael regenta el negocio junto a sus dos hijos, Rafael y María, que han aprendido de su padre no solo los entresijos de la óptica, sino los valores que definen a este establecimiento familiar que procura ofrecer a su clientela los mejores servicios y los productos de mejor calidad.

Miopía

Que sea una empresa «pequeña» no significa que no se mantenga al día de las novedades y las técnicas más modernas. «Somos especialistas en lentes progresivas», dice Rafael Herrera hijo, quien explica que también trabajan las lentes de contacto, en especial lentillas para ralentizar la miopía en niños. «Los padres están muy concienciados con la salud visual de sus hijos y se informan. Para los niños pequeños lo más cómodo son las lentes, pero para niños a partir de los 12 años las lentillas pueden ser una buena opción para tratar la miopía», dice.

Trabajan con primeras marcas tanto para monturas como para lentes, lentillas y gafas de sol.

De hecho, la miopía es la patología más habitual entre las consultas que atienden a diario en la óptica. «El uso de pantallas está aumentando la miopía», opina Herrera, quien asegura que «a partir de cierta edad, alrededor de los 40, muchas personas necesitan gafas y para estas personas la mejor opción son las lentes progresivas», que es otra de las especialidades de la casa.

En su afán por dar respuesta a los problemas de visión de su clientela, Óptica Herrera también ofrece gafas deportivas. La necesidad de llevar gafas o lentillas supone una incomodidad para muchas personas a la hora de practicar deporte. En este sentido, Óptica Herrera pone a disposición de su clientela diversos modelos de gafas de protección. «Las usan sobre todo personas que juegan a deportes de pelota, como el tenis o el pádel y que temen recibir un golpe y romper sus gafas o hacerse daño», apunta Rafael hijo, quien menciona que también tienen gafas para ciclismo.

El uso de pantallas está incrementando los trastornos oculares en las personas

Calidad

«La gente se preocupa mucho por la vista», asegura Rafael Herrera, que junto a su padre y su hermana trata de ofrecer a su clientela el mejor consejo profesional. «Le aconsejamos sobre el producto más adecuado para su problema de visión, no pensamos en vender, sino en lo mejor para el cliente, porque si el cliente se va satisfecho, volverá», se muestra convencido el óptico.

Por ello, en esta óptica trabajan con primeras marcas tanto para monturas como para lentes, lentillas y gafas de sol. «Y si no lo tenemos, lo buscamos», dice Herrera, quien bromea diciendo que «a las mujeres les cuesta más ponerse gafas de vista, pero en cambio están más al día sobre moda de gafas de sol. Los hombres son más clásicos».

En cualquier caso, Óptica Herrera busca adecuarse lo mejor posible a cada cliente. «Hay personas que buscan precio, porque cambian más a menudo de montura o quieren tener varias, mientras que otras quieren calidad, porque quieren un producto que les dure», comenta.

A unos y a otros esta familia de ópticos dispensan un trato siempre amable y cercano. Precisamente, ese es el secreto de más de medio siglo de supervivencia en un sector que ha cambiado mucho en los últimos años. «Pienso que lo que más nos diferencia de ese otro tipo de tiendas más grandes es el tiempo que dedicamos al cliente. Si un cliente necesita media hora, yo le dedico media hora, lo que haga falta», afirma este óptico de segunda generación.

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