Puede que a algunos les suene frívolo escuchar que hay solo 104 cordobeses hospitalizados por coronavirus en el momento de mayor auge de la incidencia de la pandemia, pero lo cierto es que la proporción entre el número de casos activos y el de enfermos ingresados constituye en este momento el principal elemento diferenciador de la sexta ola respecto a las anteriores. Tras la cifra récord de contagios contabilizada el pasado jueves, con más de 1.800 casos en 24 horas, la Consejería de Salud ha notificado este lunes 2.398 nuevos positivos confirmados durante el fin de semana de Navidad, entre el viernes y el domingo, una cifra espectacular que, de momento, sigue sin tener un reflejo proporcional en los hospitales, donde se registraron 26 hospitalizaciones en tres días y un incremento del total de ingresados, que pasó de 93 a 104 pacientes, de los que 25 están en la uci, dos más que el jueves.

En este momento, de los más de 10.500 casos activos en la provincia, menos de un 1% se encuentra hospitalizado, ya que el número de ingresos es menor y el tiempo medio de estancia también se ha reducido. Lamentablemente, el dato más luctuoso de la jornada de ayer fueron las cinco muertes por coronavirus en Córdoba que, añadidas al cómputo de fallecidos desde el inicio de la pandemia, deja un saldo de 1.113 víctimas desde marzo del 2020. El dato de los fallecimientos, siendo menor al de otras oleadas, deja claro que, en cualquier caso, no hay que menospreciar el impacto del virus en una parte de la población, ya sea por no estar vacunada o por presentar otro tipo de patologías, que sigue siendo muy vulnerable a la infección por coronavirus.

Mientras esto ocurre en Córdoba, las voces de distintos especialistas españoles empiezan a anunciar que el aumento desmesurado de los contagios podría suponer el fin de la pandemia como tal, una vez constatado que ese incremento tan impresionante de casos no viene acompañado de un aumento de la mortalidad y tampoco de la clínica hospitalaria, en gran medida, gracias al escudo protector que ha supuesto la vacuna. La Consejería de Salud y Familias, consultada por este periódico al respecto, no ha querido valorar dicho aspecto, a la espera de que sea la comunidad científica europea y el Ministerio de Sanidad quienes lo hagan.

Mientras se produce este debate, los esfuerzos siguen concentrados en aumentar el volumen de personas vacunadas, con una, dos o tres dosis, y hacerlo a la mayor velocidad posible. Este lunes se cumple un año del inicio de la campaña en España, que en Córdoba se ha traducido en la aplicación de 1.488.147 dosis de las distintas vacunas disponibles. A estas alturas, 682.410 cordobeses tienen al menos una dosis (656.586, las dos) mientras que hay 219.421 que cuentan ya con la tercera de refuerzo. Salud abrió este lunes la agenda para pedir cita a los nacidos en 1962 y 1963 (58 y 59 años), que se compaginarán con las que se están administrando a los niños de 8 a 11 años. Progresivamente se irá bajando los tramos de edad para poner la dosis de refuerzo a los mayores de 40 años, tras haberla recibido ya el personal sanitario y sociosanitario y estar en proceso el refuerzo de quienes recibieron AstraZeneca o Janssen.