SUCESOS

Un investigado en Castro del Río por capturar ilegalmente jilgueros y verdecillos

Agentes de la Guardia Civil detectaron la infracción junto a una finca de olivar y liberaron las aves

Patrulla de la Guardia Civil a la entrada de Castro del Río.

Patrulla de la Guardia Civil a la entrada de Castro del Río. / CÓRDOBA

Diario CÓRDOBA

Diario CÓRDOBA

La Guardia Civil investiga a un hombre en Castro del Río que había capturado ilegalmente varias aves (jilgueros y verdecillos) junto a una finca de olivar de esta localidad. Se le imputa, al presunto autor de los hechos, un delito contra la flora y fauna por capturar aves fringílidas con medios no selectivos.

Agentes de este cuerpo detectaron a un hombre que salía de una finca de olivar cercana al casco urbano de Castro del Río. Este individuo manifestó a los guardias civiles que estaba "recogiendo setas", informa la Benemérita en una nota de prensa. Se procedió a su identificación así como al registro de su vehículo, que estaba aparcado con las puertas abiertas a pocos metros.

Un ejemplar de jilguero.

Un ejemplar de jilguero. / CÓRDOBA

"Tras identificar a esta persona, que resultó ser un vecino de la localidad, los guardias civiles localizaron en el interior del vehículo una bolsa que contenía pipas de girasol, lo que resultó sospechoso a los guardias civiles, que decidieron inspeccionar la zona", amplía el comunicado de prensa.

Un sistema de trampas

Fue entonces, en una inspección en profundidad, cuando los agentes localizaron dos artefactos trampa para la captura de aves. El hombre utilizaba las pipas de girasol introduciéndolas en el artilugio a modo de cebo. Además, colocó tallos de hierbas "impregnados en una sustancia viscosa y pegajosa dispuestos en forma de entramado-trampa". Asimismo, en el hueco del tronco de un olivo se halló una bolsa de plástico con restos de pegamento y una caja de cola.

Durante el rastro de la zona, los guardias civiles localizaron también a un jilguero (carduelis carduelis) atado mediante un hilo y un arnés al suelo, "dispuesto a modo de reclamo, sin identificar y sin anillado", del cual el hombre "no pudo acreditar su propiedad". En el otro de los dispositivos trampa, se encontraron un total de tres aves fringílidas (dos jilgueros y un serín verdecillo (serinus serinus) pegados al pegamento de los tallos".

Una vez comprobado que las aves no sufrían lesiones, "se procedió a su posterior liberación en su hábitat natural, siendo liberadas un total de cuatro aves, tres jilgueros y un serín verdecillo".

Por todo ello, los guardias civiles procedieron a investigar a esta persona como presunta autora de un delito contra la flora y fauna, por capturar aves fringílidas utilizando medios no selectivos.