La zona sufre graves problemas estructurales derivados de la existencia de una falla geotectónica

Las obras de la muralla de la Villa de Cabra y la ladera sur finalizan tras ocho años

Los primeros corrimientos de los terrenos se registraron a mediados de la década del 2000

El concejal Francisco Casas explica el desarrollo de los trabajos.

El concejal Francisco Casas explica el desarrollo de los trabajos. / MORENO

José Moreno

José Moreno

Con la presencia de la subdelegada del Gobierno, Rafaela Valenzuela, y el alcalde de Cabra, Fernando Priego, entre otras autoridades, en la tarde de este viernes en la plaza de Rubén Darío se daban oficialmente por finalizadas las obras de consolidación y restauración de la ladera sur de la muralla del barrio histórico de la Villa de Cabra. En el acto, el equipo técnico responsable de los trabajos explicó, por medio de un audiovisual, todo el proyecto y su proceso de ejecución. Unos trabajos de gran envergadura cuya primera de las tres fases se inició en enero de 2015 y que ahora han llegado a su término, gracias a una gran inversión económica, algo más de tres millones de euros. Para ello el Consistorio ha contado con la ayuda de todas las administraciones, entre la que destaca la aportación del Gobierno central al subvencionar el 65% a través del programa del 1,5% Cultural --actual 2%-- del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana.

Esta actuación ha supuesto no solo recuperar un destacado elemento patrimonial como es la muralla medieval, sino también dar tranquilidad a los vecinos de esta zona del barrio por la peligrosidad que suponía el movimiento y corrimiento de la propia ladera tanto para su seguridad personal como para las viviendas colindantes y que hizo que el Consistorio, mientras se desarrollaban las obras y se reconstruía en la calle Ana de la Rosa un muro medieval que llegó a desplomarse, tuviera que realojar a los afectados en distintos inmuebles de la ciudad.

Vista aérea de la zona de la ladera sur y el barrio de la Villa afectados por la intervención.

Vista aérea de la zona de la ladera sur y el barrio de la Villa afectados por la intervención. / FRANCISCO J. ARROYO SÁNCHEZ

Toda esta actuación pone punto y final al problema de una parte de este barrio histórico desde que, al menos, a mediados de la década del año 2000, comenzaran a aparecer los primeros movimientos de tierra en dicha ladera.

Esta solución que se ha dado a la ladera sur se espera que sea similar a la de la ladera norte, donde también se deberán realizar unas obras de gran envergadura.

Un nuevo convenio para este año

Para ello, el Consistorio, tras la aprobación en el pleno municipal el pasado mes de octubre del 2022, suscribirá un convenio con el Ministerio de Movilidad, Transporte y Agenda Urbana para consolidar y recuperar la mencionada ladera norte y cuya firma se espera que se suscriba en próximas fechas

Esta acción permitirá comenzar a lo largo del presente año una serie de trabajos que tendrán como objetivo poner fin a graves problemas estructurales derivados desde hace 17 años de la existencia de una falla geotectónica y que afectan tanto al castillo de los duques de Sessa y condes de Cabra como al contiguo conjunto protegido del convento de las Franciscanas, ubicado en un palacete de estilo neomudéjar de principios del siglo XX y el antiguo convento de Capuchinos. De esta manera se dará respuesta a la solicitud efectuada el 10 de marzo de 2021 para acogerse a la subvención de ayudas del programa 2% cultural del ministerio. 

Una vez firmado el documento, se destinará al Consistorio una subvención de 2.166.540 euros sobre un proyecto cuyo presupuesto total asciende a 3.040.698 euros y cuya diferencia será aportada desde las arcas municipales.

[object Object]

La dificultad técnica de los trabajos que ahora han llegado a su término llevó a su equipo técnico en la primera de sus tres fases, y con el fin de parar la regresión de la ladera y poner fin a la inestabilidad del terreno, a la aplicación de una serie de técnicas modernas no invasivas que podían haber afectado, de no emprenderse, a las viviendas de las calles Ana de la Rosa y Tinte.

Para ello se cambió la naturaleza del terreno con inyecciones de lechadas de cemento enriquecido con una serie de aditivos, usando en cada una de ellas unas cinco toneladas de ese material. Las obras pasaron en las siguientes fases por la recuperación y puesta en valor del entorno amurallado, en un enclave donde en su día se encontraron cerámicas de época tartésica datadas entre los siglos VII y VI antes de Cristo.

Suscríbete para seguir leyendo