"Señor, ¿este belén es mágico?"

Palma del Río tiene un gran aliado en las fiestas navideñas: el belén de Curro, una recreación que cobra vida gracias al ingenio de Francisco Gallardo Carrasco, un palmeño que está distinguido con la medalla de la ciudad por instalar cada año esta actividad de gran proyección cultural. El belén de Curro se puede visitar desde el 8 de diciembre, festividad de la Inmaculada.

En este nacimiento sus protagonistas (panaderos, herreros, lavanderas, mercaderes, albañiles, vareadores de aceituna, costureras, pastores y soldados del castillo de Herodes) tienen movimiento sorprendiendo a mayores y menores. Curro, como es conocido en Palma y en el mundo belenista, afirma que su «mayor ilusión es ver la cara de los niños». Aún recuerda que un pequeño le preguntó: «Señor, ¿este belén es mágico?».

En su nacimiento no faltan animalitos. El portal está acompañado de las incondicionales figuras de la mula y el buey, gallos, gallinas, ovejas y ratoncillos. Un rebaño, acompañado del pastor, se protege de un aguacero bajo un gran árbol. Esta lluvia también es muy atractiva para todas las edades y el público que busca «cómo Curro consigue el efecto». Algunos años «hasta ha nevado».

Pero en la antesala al belén de Curro este ingenioso vecino ha montado una exposición con objetos que recorren la historia más reciente: desde máquinas de coser, máquinas de escribir, primeros ordenadores o teléfonos, hasta planchas e, incluso, la Sinforola del desaparecido bar de Los Novios, donde tantos jóvenes seleccionaron discos, una canción por dos duros y tres por cinco duros.

Esta exposición atrapará también a los mayores invitándolos a compartir recuerdos cercanos, que podrán conocer los más jóvenes. Y los niños fijarán sus miradas en Melchor, Gaspar y Baltasar, en elefante, caballo y camello, que llegan «cargaditos de juguetes».

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