La reciente fusión de dos pueblos extremeños, Don Benito y Villanueva de la Serena, tras un referéndum favorable de sus vecinos para convertirla en la tercera ciudad más grande de la comunidad lleva a pensar si la provincia de Córdoba y algunos de sus 77 municipios podrían de alguna manera emular a sus vecinos extremeños y unir fuerzas para obtener beneficios económicos. De hecho, este es el principal motivo de unión, ya que un estudio de la Universidad de Extremadura refiere que uno de los elementos positivos será la mejora de la renta media de los hogares de la nueva ciudad, que se vería incrementada en un 2,75%, y el aumento del empleo en un 5%.

En Córdoba, una provincia de 77 municipios de los que solo seis tienen más de 20.000 habitantes, la posibilidad de una fusión entre pueblos parece bastante lejana, pese a que algunos se distancien pocos kilómetros y haya una tendencia al descenso de población que podría llamar a unirse. Según la última revisión del padrón, seis de cada diez municipios (46 de los 77) contabilizaron descensos de habitantes en el último año.

Es más, en lugar de fusiones, en los últimos años se han producido segregaciones y desde el 2018 la provincia cuenta con dos municipios más, Fuente Carreteros y La Guijarrosa, que lucharon durante años para emanciparse de sus núcleos matrices, Fuente Palmera y Santaella, respectivamente, y celebraron con gran fiesta su independencia. La Consejería de la Presidencia, Administración Local y Memoria Democrática de la Junta, encargada de tramitar los expedientes, consideró que estas localidades tenían una «amplia experiencia de gestión como ELA» y cumplían con «los requisitos que marca la legislación andaluza de autonomía local» para emanciparse.

A principios del 2022, plantear fusiones entre municipios de la provincia de Córdoba no entra en la agenda de ningún alcalde.

Así pues, a principios del 2022, plantear fusiones entre municipios de la provincia de Córdoba no entra en la agenda de ningún alcalde. Para el regidor de Lucena, Juan Pérez, que dirige el municipio con mayor población de la provincia, con 42.530 habitantes, «la unión de pueblos es una solución que hay que analizar en cada caso. Creo que, de entrada, debe existir una razón geográfica importante, pero en cualquier caso depende de la estrategia territorial que cada pueblo o ciudad tenga. En el caso de Don Benito y Villanueva de la Serena, existe un componente geográfico evidente y su objetivo de superar los 50.000 habitantes responde a la estrategia de ambas localidades». Además, piensa que «las mancomunidades no creo que sean la alternativa a la fusión de pueblos. Su definición como entes comarcales invita a desarrollar determinados servicios, muy específicos, de forma mancomunada o supramunicipal, sin embargo, querer atribuir a las mancomunidades la consecución de los resultados que la unión de pueblos conllevaría es excesivo. Las mancomunidades son útiles, pero es positivo que los municipios mantengan la gestión de sus competencias desde la cercanía».

Fernando Priego, el alcalde de Cabra, municipio cercano a Lucena, asegura que «en ningún momento se nos ha ocurrido una posible fusión», pero entiende que «existen mecanismos para compartir servicios sin necesidad de fusionarse», sobre todo, para entidades locales más pequeñas. «Pertenecemos a la mancomunidad de la Subbética y los servicios que compartimos son fundamentalmente para el turismo», señala Priego.

Para el alcalde de Posadas, Emilio Martínez, «no hace falta fusionarse para compartir servicios» y defiende el papel de las mancomunidades como «entes de futuro». Sin embargo, cree que estos entes supramunicipales (siete en la provincia) deben reforzarse. En el caso de la Vega del Guadalquivir, solo cuatro pueblos se han integrado: Posadas, Guadalcázar, La Victoria y Hornachuelos. Martínez entiende que, «como mínimo, deberían unirse Almodóvar, La Carlota, Palma y Fuente Palmera, e, incluso, Fuente Carreteros» porque «la unión competencial de servicios es beneficiosa y no tiene que ser unión institucional».

Al norte de la provincia, el alcalde de Peñarroya-Pueblonuevo, José Ignacio Expósito, pese a ver positiva la unión de los dos pueblos extremeños, que están muy cerca de su municipio, señala que «aquí en nuestra zona no la veo, no tenemos esa cercanía territorial, no se justifica esa actuación». Expósito entiende que en el tema de mancomunidades «nos queda mucha tarea por delante», pues «hay que tomar decisiones valientes, dejar de lado los localismos y dotar de mayores servicios económicos a los entes supramunicipales».

Por su parte, el alcalde de Belmez, José Porras, reconoce que «lo mejor es dejar las cosas como están, cada pueblo tiene su idiosincrasia, su arraigo, sus tradiciones y costumbres». Entiende que «aunque nos separan solo 7 kilómetros de Peñarroya, tenemos costumbres completamente distintas». Porras admite, no obstante, que «sí sería positivo compartir servicios entre localidades cercanas, como recogida de basuras y otras muchas cuestiones que se pueden hacer a nivel de mancomunidad».

La autonomía de las ELA

En Andalucía hay actualmente 36 entidades locales autónomas (ELA), donde viven más de 60.000 personas. En Córdoba se encuentran las de Algallarín (Adamuz), Ochavillo del Río (Fuente Palmera), Encinarejo (Córdoba) y Castil de Campos (Priego de Córdoba). Son ejemplos de entidades que quieren mantener su autonomía y ampliar sus servicios. Estas entidades lucharon durante años por conseguir una regulación, un decreto regulador de entidades locales autónomas, que supondría para todas más autonomía, más financiación o la inclusión de este tipo de entidades locales en todos los planes y programas de la Junta. También supondría más seguridad jurídica para las ELA, un mayor equilibrio y más igualdad entre los pueblos andaluces. Finalmente, el 4 de mayo del 2021 la Junta aprobó el decreto-ley de regulación de estas entidades, lo que fue calificado como «un hito histórico» y el 17 de diciembre del mismo año el Parlamento andaluz daba luz verde a la Ley para la Financiación de las Entidades Locales Autónomas (ELAs), que contempla la creación de un fondo incondicionado para ayudarlas a sufragar los servicios que deben prestar a su población. Estas entidades recibirán la financiación aprobada en el primer semestre de cada año y será compatible con otras subvenciones, ayudas, ingresos o recursos que puedan recibir. Después de un proceso largo de reivindicaciones, los alcaldes de estas pequeñas poblaciones recibieron con gran satisfacción esta regulación. La alcaldesa de Algallarín, Encarnación Jiménez, dijo en su momento que «con ello podremos realizar nuevos proyectos que mejoren la calidad de vida de nuestros ciudadanos y de los visitantes».