Si hay un ejemplo de unión de dos municipios en la provincia de Córdoba este es el de Peñarroya y Pueblonuevo, que se fusionaron en 1927, en plena dictadura de Primo de Rivera, por lo que dentro de unos años se cumplirá el centenario de aquella decisiva unión. El alcalde de Peñarroya-Pueblonuevo, José Ignacio Expósito, asegura que esta fusión «permite gestionar mejor los servicios públicos y repercute en la calidad de vida de los ciudadanos, la unión hace que todo sea más fuerte, el abaratamiento en la prestación de servicios». Por eso, ve «positivo» la fusión entre los pueblos extremeños de Don Benito y Villanueva de la Serena, a unos 100 kilómetros de esta población cordobesa del norte de la provincia, «igual que nos sucedió a nosotros», y se muestra en contra «de los sentimientos independentistas» y los «localismos», aunque a día de hoy admite que «no veo una fusión en la provincia».

Peñarroya y Pueblonuevo del Terrible, como así lo llamaban, eran dos municipios muy jóvenes que se habían emancipado de Belmez a finales del siglo XIX, justo con dos años de diferencia. Según refiere el actual Ayuntamiento en su página web: «Las dos villas llegarán a fusionarse el 23 de febrero de 1927, a pesar de la oposición de la clase obrera de las dos poblaciones. Esto da lugar a la creación de la nueva villa de Peñarroya-Pueblonuevo, que un año después, justo el 21 de julio de 1928, vería confirmada su importancia con la concesión del título de Ciudad por el rey Alfonso XIII».

El Peñón, otro de los símbolos del pueblo, que mira al distrito de Peñarroya. c.a.

En Pueblonuevo vivían 18.000 personas y en Peñarroya eran 8.000. Eran dos pueblos diferentes en los que finalmente se impuso la unión. En 1884 se habían segregado de Belmez, cuando por la conjunción del ferrocarril Córdoba-Almorchón, conectado con las minas de plomo de Badajoz y Ciudad Real, y la explotación de los yacimientos de carbón se convierten en el epicentro de uno de los principales focos de la industria y de la minería española. Durante el período de la dictadura de Primo de Rivera, de 1923 a 1930, la población se dotó de una Casa-Ayuntamiento, una moderna plaza de abastos, matadero municipal, se creó el primer instituto de Segunda Enseñanza de la Sierra Cordobesa y dos nuevos grupos escolares y se inició el asfaltado de las calles. Por otro lado, la Sociedad Minero Metalúrgica de Peñarroya (SMMP) construyó un modélico hospital, un nuevo barrio de casas para empleados con un colegio bilingüe francés regentado por monjas, manteniendo el conjunto el estilo francés del barrio ya existente. Hoy, Peñarroya-Pueblonuevo, a 75 kilómetros de la capital, es la capital del Valle del Guadiato y punto estratégico del corredor natural Córdoba-Badajoz, aunque la economía de la que disfrutó se ha visto lastrada con la desaparición de la minería.