análisis | así se presenta la ciudad en ifema

Los retos del turismo

Córdoba vuelve a Fitur con buenas cifras de visitantes y el reto de crecer desde la sostenibilidad

El sector pide una promoción ordenada y que se llene de contenido todo el año

Turistas cargan con sus maletas junto a la Mezquita-Catedral.

Turistas cargan con sus maletas junto a la Mezquita-Catedral. / A.J. GONZÁLEZ

Noelia Santos

Noelia Santos

El próximo miércoles comienza en Ifema, en Madrid, una nueva edición de la Feria Internacional de Turismo (Fitur). Córdoba acude a la cita con unos datos turísticos buenos, en senda de crecimiento y que miran ya casi por encima del hombro a esas cifras prepandémicas a las que el sector se agarra para respirar tranquilo. El buen momento del turismo cordobés se explica por varios factores. El primero, las cifras puras y duras que demuestran que, a falta de contar con los datos de diciembre, 2023 sumó más visitantes que 2022 y va camino de igualar a 2019. Otra causa que evidencia esa buena salud es que la ciudad ya tiene a pleno rendimiento sus dos espacios congresuales, el palacio de la calle Torrijos y el Centro de Ferias del Parque Joyero. Cierra la lista el aeropuerto, que ha acogido ya su primer vuelo comercial tras muchos años de sequía y donde Aena está reformando la terminal para dar lustre a un espacio por el que las principales compañías aéreas ya se están interesando. A estos ingredientes hay que sumarles las fortalezas de toda la vida, las que se resumen en una riqueza patrimonial de la que pocas ciudades pueden presumir. Pero, ¿está todo hecho en el turismo?

Tener claras las cosas

El profesor de la Universidad de Córdoba Ricardo Hernández, investigador de turismo gastronómico y patrimonio desde la perspectiva empresarial, señala que la ciudad se encuentra ahora «en un momento de crecimiento», pero también advierte de que «si no tienes claras las cosas ni los productos bien situados, la experiencia del turista puede ser negativa». Focalizar la oferta, saber muy bien lo que se vende y a quién se está dirigiendo el mensaje es prácticamente la idea más repetida por todas las fuentes consultadas para hacer este análisis sobre el sector.

Hernández tiene claro que uno de los centros sobre los que debe pivotar la promoción es el patrimonio y si en Córdoba se dice patrimonio rápidamente aparece la Mezquita-Catedral. Pero hay que ser ambiciosos. «En materia patrimonial el centro es la Mezquita, pero hay que ampliar la gama de productos y llevar al turista más allá del casco histórico», comenta el profesor universitario. Aquí debe jugar un papel clave, entiende Hernández, Medina Azahara, que es «la potencia». Sin embargo, él cree que el yacimiento, declarado Patrimonio Mundial por la Unesco, «está fuera de contexto ahora mismo en la Córdoba turística». En este sentido, el del patrimonio, el docente también advierte de que hay que seguir promocionando incluso lo que nos creemos que se vende solo. «La Mezquita no se vende sola, nos creemos que la gente la conoce o que conoce Córdoba, pero no es así. Cuando un turista extranjero visita la ciudad se sorprende de todo lo que tenemos», detalla el profesor de la UCO.

A ese patrimonio hay que sumar otras potencialidades que se dan por conquistadas, como es la gastronomía. Uno de los actos centrales que Córdoba protagonizará en Fitur, por ejemplo, es la elaboración de mazamorra y salmorejo en un showcooking dentro del pabellón andaluz. Otro hito alcanzado en este punto es la tercera estrella Michelin de Paco Morales para Noor, que sitúa a Córdoba en un mapa gastronómico de alto nivel adquisitivo. Sin embargo, Hernández cree que este hecho en concreto atraerá a un público minoritario, aunque sí destaca esa potencia gastronómica. Entiende, en cualquier caso, que la gastronomía no debe ser eje fundamental de la promoción, aunque sí un apoyo esencial.

Turistas abarrotan el Patio de los Naranjos de la Mezquita Catedral.

Turistas abarrotan el Patio de los Naranjos de la Mezquita Catedral. / Ó. BARRIONUEVO

Desestacionalización

Uno de los grandes desafíos del turismo en Córdoba es, desde hace años, la desestacionalización, que los turistas no vengan solo en mayo y únicamente en fin de semana. El pasado 2023 se consiguió un hito histórico y es que, según el INE, el número de turistas alojados en hoteles en octubre fue superior al de mayo. Y esto es no fruto de la casualidad. El Ayuntamiento de Córdoba lleva mucho tiempo trabajando en una programación potente para los meses de otoño y aquí se ven los resultados. También habría que empezar a plantearse si el turista no percibe, quizá, el mayo cordobés como un producto masificado y, por supuesto, hay que tener en cuenta la climatología. La subida generalizada de temperaturas convierten al otoño en una segunda primavera donde el turismo tiene buen tiempo para expandirse.

Sobre este hecho habla el presidente de la Asociación de Empresarios del Hospedaje de Córdoba (Aehcor), Manuel Fragero, que indica además que los datos de noviembre, tradicionalmente un mes muy malo para el sector, también fueron bastante positivos. Para Fragero, «Córdoba tiene que vivir más allá de su temporada de mayo» y por eso alude a buscar alternativas y a trabajar por rellenar de opciones el calendario. El Templo Romano, la reapertura del espectáculo nocturno del Alcázar o una oferta atractiva para Caballerizas serían, en opinión de Fragero, esas alternativas que harían al turista visitar Córdoba en cualquier momento.

En ello coincide la presidenta de la Comisión de Turismo de CECO, Antonia Alcántara, que valora que el trabajo realizado haya tenido un buen efecto sobre los datos de octubre, pero que también pide ir más allá y llenar de contenido los meses de verano. La debilidad de julio y agosto para el turismo cordobés se basa en el calor, pero hay ciudades también calurosísimas que no dejan de recibir visitantes en ningún momento.

Imagen de archivo de turistas en un hotel de Córdoba.

Imagen de archivo de turistas en un hotel de Córdoba. / AJ GONZÁLEZ

Sostenibilidad

Dentro de la estrategia de sacar partido a toda la potencialidad que tiene Córdoba también hay otro factor fundamental: hacerlo con cabeza. La sostenibilidad del turismo es una pieza importantísima desde hace años, desde el apartado medioambiental hasta el social. Sobre lo último, los agentes consultados tienen claro que hay que hacer una ciudad atractiva para el turista, pero que no deje de ser vivible para el cordobés.

En este punto es interesante la aportación de Matilde de la Hoz, presidenta de la Asociación de Viviendas y Alojamientos Turísticos de Córdoba (Avacor), que avisa de que «el número de plazas en la ciudad se está incrementando de forma exponencial», tanto que ahora mismo «la oferta es superior a la demanda». Esa oferta que De la Hoz califica como «sobredimensionada» deriva en que, según los cálculos de Avacor, «más del 50% de las viviendas de uso turístico no sean rentables» en este momento.

De la Hoz recuerda en este punto que las ciudades tienen unas infraestructuras concretas, preparadas para una población, ya sea cordobesa ya sea de turistas, concreta, de ahí que sea necesario adaptarse y preparar con cabeza toda la promoción.

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