ENTREVISTA | Emilio Ruiz Director artístico del Festival Flora

«Flora ha empezado a polinizar como las flores para hablar de muchas cosas»

«Todos los artistas del festival tienen un discurso, no son floristas decorativos», afirma

Emilio Ruiz, director artístico de Flora desde su primera edición.

Emilio Ruiz, director artístico de Flora desde su primera edición. / Manuel Murillo

Araceli R. Arjona

Araceli R. Arjona

Solo un artista de alma libre (búsquenlo bajo el seudónimo de @mateofeten) y amplia trayectoria en el mundo de la gestión cultural y la comunicación, nacido para más señas en Córdoba, podía ser el elegido para perdurar al frente de la dirección artística del festival de arte contemporáneo más colorido y floreciente de los últimos años. Desde que Flora abrió los ojos, gracias a la iniciativa de Zizai Hoteles, Emilio Ruiz ha estado al mando de la dirección artística, llenando de contenido el festival con creadores de todos los rincones del mundo a los que acompaña en su recorrido por esta cita, que empezó siendo un poco marciana, y ya cumple seis años. Después de quince días de desconexión casi total, vuelve a la carga con las pilas cargadas.

Flora cumple seis ediciones este año. ¿Cómo definirías la evolución que del festival en este tiempo? ¿Progresa adecuadamente?

El crecimiento ha sido espectacular y no es solo una impresión nuestra, las cifras lo corroboran. El estudio que hizo Loyola demostró el enorme impacto que tiene en Córdoba a nivel económico. Miras hacia atrás y casi que te asusta. Flora empezó como un festival de instalaciones florales y ahora es un festival con instalaciones florales y mucho más. Todo el programa de actividades paralelas hace que entre el pensamiento, la filosofía, las artes escénicas, la música, la performance, todo eso que desde el principio queríamos incluir, conscientes del movimiento cultural que se estaba gestando en torno a la Naturaleza, y que hemos ido conformando poco a poco. Creo que está funcionando igual que las flores, que muestran la belleza, el color... con una misión, que es atraer a los insectos y polinizar. Flora, queriendo o sin querer, ha empezado a polinizar para hablar de muchas cosas como la preocupación por el medio ambiente, que es algo que ha ido creciendo en la sociedad. No somos ahora los mismos que en 2017 y eso tenía que estar ahí.

El crecimiento ha sido tan exponencial que no sé si teméis que la cosa se desborde, que la masificación haga que no se pueda disfrutar de la experiencia.

Lo que sentimos hasta ahora es que es un festival que se disfruta mucho. Es algo que tenemos en la cabeza, pero, de momento, no es un problema. Lo que sí cuidamos es que no se desborden las instalaciones. Por ejemplo, en un patio grande como el de Los Naranjos, no hay ningún problema porque es muy amplio, está abierto todo el tiempo... pero, a veces, nos proponen cosas que ocupan todo el suelo del patio y eso no podemos hacerlo porque queremos que la gente lo disfrute y si llenamos el suelo, acaban entrando tres personas. Por ahora, creo que estamos en el equilibrio.

¿Cómo han recibido los artistas el tema propuesto este año, la inteligencia vegetal?

Es un tema que está muy vinculado a la preocupación por el medio ambiente porque se trata de hablar de cómo se defienden las plantas ante los problemas que se les presentan. Aunque parezca un tema complicado, al artista, en general, cuando le das la libertad total y no sabe por dónde ir, se le despierta la creatividad. Se lo plantean como un reto interesante de afrontar. Los artistas que vienen a Flora no son floristas decorativos, todos tienen un discurso en su obra y esto de la inteligencia vegetal está en su cabeza y les motiva.

Flora empezó el primer año con una explosión de color y flores y poco a poco hemos ido viendo materiales muy diversos como el musgo, el esparto, el algodón. ¿Este año qué vamos a ver?

Habrá de todo. Hay instalaciones que son pura flor, color,... quienes vayan buscando eso lo disfrutarán mucho. Otras instalaciones emplearán otro tipo de materiales botánicos. Veremos las dos cosas. Pero es cierto que la preocupación general que existe por el medio ambiente lleva a veces a los artistas a no querer usar tanta flor efímera sino algo que perdure más.

Hablemos de los participantes de este festival. Tadao Cern.

Tadao Cern es un artista de Lituana, un país alejado de la esfera internacional que no había estado en Flora (siempre intentamos ampliar el mapa presente en el festival). Es un autor de grandes instalaciones, de formato muy impactante, que a la vez es muy minimalista. Trabaja con ideas que de primeras pueden parecer muy sencillas y con eso lo que intenta es hacernos reflexionar sobre determinados temas. Es arquitecto y ha trabajado mucho en fotografía publicitaria y artística.

Ha I I Hwa (se dice ai-iua).

Ella es la artista coreana y tiene como tres obsesiones. Una es las formas infinitas de la Naturaleza. Dice que ocurre como con los rostros humanos, que cuando tienes una planta siempre ves algo diferente. Otra es la filosofía del arte oriental, la armonía entre la Naturaleza y el hombre, y otra es su visión de futuro. Ella se define como creadora de plantas alienígenas, de paisajes del futuro y en este caso, imagina cómo pueden convivir las plantas, la tecnología y el cambio climático.

«Este año tienen interés por crear comunidad e interactuar con el público de tú a tú»

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Flowers by Bornay.

Ellos son los artistas españoles de este año y tienen una forma de trabajar las flores muy libre, muy contemporánea y desprejuiciada. Fueron pioneros en usar esprays para pintar las flores de colores. En su instalación se van a ver cuáles son sus referentes, que están en sitios poco habituales para el artista floral como la ciencia ficción, cine de terror, ciencia, cultura pop. Además, tendremos la suerte de que las tres cabezas pensantes de Bornay van a estar trabajando juntos en Córdoba.

Y la última, de momento (falta por conocer el artista del Patio Talento), Harriet Parry.

Ella es de Reino Unido y se inspira en la historia del arte y la pintura. Apuesta por el color, por la flor y por lo lírico, le gusta jugar con la gente y tiene un gusto muy exquisito por el detalle. Ella dice que ve flores en todo y eso la ha llevado a hacer interpretaciones florales de cualquier cosa. Ese es su sello.

¿Todos los artistas a los que llamáis dicen sí a la primera?

Eso ha cambiado totalmente. Al principio, teníamos que explicar qué era Flora y a algunos les costaba creerlo. Ahora, a todos los que hemos escrito conocían el festival. Convencerlos no cuesta, el problema es que tengan libre la fecha, pero cada vez contactamos antes. Algunos nos dicen que estaban deseando venir.

¿Cuántas solicitudes se han presentado al Patio Talento este año?

El número no lo sé, lo que sí tengo clarísimo es que hay más calidad, hay más artistas de fuera y el nivel de las propuestas es más elevado. Eso puede tener que ver con que la ganadora del primer premio el año pasado fue la artista novel del Patio Talento, lo que puede animar a más gente.

¿Se puede adelantar alguna novedad en las actividades paralelas?

Hay cosas maravillosas y muy diferentes que contaremos a mediados de septiembre, pero lo que más me ha llamado la atención es que para los Encuentros Flora, varios artistas han propuesto actividades en el sentido de crear comunidad. Quieren que la gente de la ciudad esté presente, interactuar con ellos de tú a tú. Y yo creo que esto viene del aislamiento de la pandemia, que está despertando esa necesidad y eso me parece muy bonito.

El precio de los materiales ha subido mucho este año. ¿Los artistas tendrán más presupuesto?

No, es el mismo. Ojalá los patrocinadores subieran la inversión, pero como es igual, no ha subido.

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