PIDEN QUE LAS PUERTAS DE LA CALLE DE PASO ESTÉN ABIERTAS PARA GARANTIZAR LA SEGURIDAD

La familia que seguía desalojada en La Lagunilla vuelve a casa «con la obra a medias»

Se queja de que, tras siete meses fuera, «solo le han dado un mal lavado de cara»

La empresa afirma que se han realizado todas las actuaciones presupuestadas

Carmen Gallegos muestra el estado de la galería que da acceso a su vivienda.

Carmen Gallegos muestra el estado de la galería que da acceso a su vivienda. / Francisco González

Araceli R. Arjona

Araceli R. Arjona

Una de las familias desalojadas de la Casa de Paso de La Lagunilla el pasado 20 de enero, tras detectarse unas grietas que alertaron del peligro de derrumbe de tres viviendas, ha vuelto a casa hace una semana «con la obra a medias». El propietario del inmueble y la inquilina, Carmen Gallegos, aseguran que la empresa contratada por la comunidad no ha completado los trabajos presupuestados y exigidos por Urbanismo tras el apuntalamiento de parte del edificio, aunque ya se han retirado todos los andamios. «En siete meses que hemos estado fuera, solo le han dado un mal lavado de cara, pero aparte de pintar una pared y arreglar el techo, hay un agujero en la pared, han dejado todos los cables colgando, el suelo del pasillo levantado y no han colocado la puerta que cierra la entrada a las viviendas de la planta de arriba como estaba», comenta la arrendataria, que tiene dudas de si la casa, tal y como está ahora, es totalmente segura.  

Agujero en la pared en una de las paredes exteriores de la casa de paso de La Lagunilla.

Agujero en la pared en una de las paredes exteriores de la casa de paso de La Lagunilla. / Francisco González

Según su relato, entre enero y julio, ella y su hija han tenido que buscarse la vida mientras acudían a su piso para recoger cosas sin que vieran ningún movimiento. «Eso sí, cada vez que veníamos, alguien llamaba a la Policía y nos desalojaban», apostilla. En agosto, «desesperada», acudió a Urbanismo para saber si podía entrar por fin en su vivienda «y me dijeron que podía haber vuelto desde el primer día como lo hicieron otros vecinos». Días después, «vinieron a arreglar una serie de cosas y se han vuelto a ir sin terminar».

El propietario coincide con su inquilina en las quejas y asegura que el presupuesto que pidió la comunidad incluía una larga lista de actuaciones que no se han acometido. «Primero contratamos una empresa, pero esta se retiró porque dijo que había calculado mal el presupuesto y que era más dinero», recuerda. «Luego contratamos a ésta», añade. Según su testimonio, hace unos días consultó en Urbanismo si daban el visto bueno a la obra «y me han dicho que están pendientes de que la empresa la entregue para revisarla».

Carmen Gallegos muestra la solería de la galería.

Carmen Gallegos muestra la solería de la galería. / Francisco González

Respuesta de la empresa

Este periódico ha consultado con la empresa constructora el estado de la obra y las labores realizadas y aseguran que ya está acabada y que «todo lo que estaba presupuestado se ha llevado a cabo» según las indicaciones del arquitecto. En cuanto a la solería de la galería, el constructor afirma que «eso no estaba previsto en el presupuesto», mientras la puerta de acceso del pasillo «no se ha colocado en su sitio porque la Gerencia de Urbanismo no permite cerrar una galería comunitaria», sentencia. 

La casa de paso está cerrada con llave por dentro y por fuera.

La casa de paso está cerrada con llave por dentro y por fuera. / Francisco González

En febrero, Urbanismo informó del inicio de los trabajos para arreglar la Casa de Paso de La Lagunilla tras desalojarla y descartar que fuera necesaria su demolición. Esos trabajos arrancaron con un estudio de campo por parte de un equipo de arquitectos encargados del proyecto que debía recibir el visto bueno de la Gerencia. Ese equipo indicó que las tres familias desalojadas no podían regresar a sus hogares hasta que no se acometiera la obra de consolidación del edificio. Desde entonces, una de las inquilinas se fue y ya no ha vuelto, la de la planta de abajo volvió días después del desalojo y ella ha permanecido en casa de un familiar hasta agosto.

El inmueble de La Lagunilla es una casa patio en torno a una calle central con dos salidas (la otra está en la calle Chaparro). La zona afectada aglutina una docena de viviendas en torno a una calle de paso que está cerrada. Esa es otra de las quejas de Carmen Gallegos, que reclama la apertura de los dos accesos de esta calle. «Se llama y se supone que es una Casa de Paso y debería estar abierta a todo el mundo, pero tiene cerrojos en los dos lados desde hace años», explica. «Tal y como está, con llave por dentro y por fuera, sin porterillo y sin luz, es una ratonera para los vecinos y un peligro en caso de tuviéramos que salir corriendo de aquí por un incendio o cualquier otra circunstancia», señala. Por su parte, el propietario del piso afirma que lo adquirió en 2020 «y ya estaba así». 

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