REPORTAJE

El elevado coste de ser celiaco

Las personas con intolerancia al gluten o a la lactosa abonan hasta un 30% más por los alimentos concretos que deben tomar | La alta inflación les perjudica doblemente

Compra de productos sin gluten: Elena Quiles, de la Asociación de Celiacos de Córdoba, se dispone a adquirir algunos artículos.

Compra de productos sin gluten: Elena Quiles, de la Asociación de Celiacos de Córdoba, se dispone a adquirir algunos artículos. / ELISA MANZANO

M.J. Raya

M.J. Raya

El alto precio de los alimentos es un problema que desde hace un año está afectando a la población en general, pero que está repercutiendo de forma especial en personas con menos recursos económicos y en familias con uno o más miembros con algún tipo de intolerancia, como por ejemplo a la lactosa o al gluten, o que deben tomar productos sin azúcar al sufrir diabetes.

El presidente de Adilac (Asociación de Intolerantes a la Lactosa de España), Oriol Sans, estima que las personas con intolerancia a la lactosa o al gluten, tradicionalmente han tenido que pagar un mayor coste por los alimentos específicos que deben tomar. Sin embargo, Sans expone que, en la actualidad, estas personas están teniendo que abonar hasta un 30% más que la población sin estas limitaciones por una cesta de la compra que contenga productos básicos para una dieta equilibrada.

Ayer domingo se desarrolló en Madrid una manifestación para reclamar ayudas económicas para el colectivo celiaco, bajo el lema Sin gluten y sin pasta, para denunciar que la enfermedad celiaca «es la única cuyo tratamiento (tomar comida sin gluten) no está financiado por la sanidad pública», indica la Asociación de Celiacos y Sensibles al Gluten, uno de los colectivos participantes en la protesta. La concentración contó también con el apoyo de la Federación de Asociaciones de Celiacos de España (FACE), entre otras entidades. Solo en Córdoba puede haber cerca de diez mil personas con celiaquía, así como entre medio millón y un millón en España.

Por su parte, el número de personas con intolerancia a la lactosa se desconoce, aunque, según el presidente de Adilac, la incidencia no deja de crecer, no tanto porque esta intolerancia esté en aumento, sino porque se hacen cada vez más pruebas diagnósticas.

Personas con diabetes

En el caso de las personas con diabetes, Luis Olmo, miembro de Adicor (Asociación de Diabetes de Córdoba) indica que «la comida saludable ya era cara de por sí y ahora mucho más». «En mi casa, al tener a mi hija de 10 años diagnosticada de diabetes, tomamos muchos alimentos frescos (carne, pescado, frutas y verduras), que es lo que más ha subido de precio, entre un 15% y un 20%. También productos como las galletas sin azúcar se han encarecido mucho».

Tanto la Federación de Asociaciones de Celiacos de España, en la que se incluye la cordobesa Aceco, como la Asociación de Intolerantes a la Lactosa de España reclaman ayudas económicas y medidas generales y estables que existen en otros países europeos, no solo con carácter temporal como la bajada del IVA, para que los productos sin lactosa o sin gluten no estén gravados por un precio mucho más elevado que los alimentos en general, independientemente de la coyuntura económica que exista en un momento concreto, por la guerra de Ucrania u otras causas.

El efecto de la rebaja del IVA

El Gobierno aprobó una rebaja del IVA que entró en vigor el 1 de enero y que se mantendrá hasta el 30 de junio, para frenar la subida de precios, que implica la reducción del IVA del 4% al 0% en productos básicos, como pan, cereales, harina, huevos, leche, queso, legumbres, frutas, verduras o patatas, así como una bajada del 10% al 5% del coste de pasta y aceite de oliva.

Sin embargo, Elena Quiles, de la Asociación de Celiacos de Córdoba, resalta que, aunque finalmente se incluyeron los alimentos sin gluten dentro de la rebaja del IVA, «cuando hago la compra sigo notando la diferencia tan grande que existe entre el precio de un artículo con gluten frente a uno sin. En agosto, cuando aún no había entrado en vigor la reducción del IVA, hice un día una comparativa de productos con o sin gluten, en la que pude comprobar que una harina con gluten costaba entonces alrededor del euro y la sin gluten más de 4 euros o unos cereales con gluten, 2,30 euros/kilo y sin gluten, 7,87 euros/kilo. En la actualidad, esos precios, lejos de bajar unos céntimos solo en contados casos, se mantienen o incluso son más altos». «No es justo que las personas con celiaquía tengamos que pagar, por ejemplo, hasta un 600% más por un pan de molde sin gluten. No nos alimentamos solo de alpiste. Me consta que hay familias afectadas por la actual crisis económica que han dejado de comprar algunos productos sin gluten por su disparado coste», lamenta Elena Quiles.

«Comer sano es más caro»

A la experta en Dietética y Nutrición Ana Casas también le consta que existen personas que han dejado de comer sano o productos específicos que necesitan por motivos de salud debido al alto coste de los alimentos. «Las personas que sufren intolerancias o presentan obesidad o diabetes, apuestan más por los productos frescos, como verduras, frutas, pescado, y estos productos son de los que más han subido de precio. Cuando hago una dieta y plan nutricional a mis usuarios me replican con cada vez más frecuencia que no les ponga tanto pescado a la semana, que vale muy caro», recalca.

«En el caso de las personas con celiaquía no puede ser que paguen 3 o 4 euros por un pan sin gluten, pan que con gluten cuesta a lo mejor menos de un euro. Comer sano se está volviendo cada vez más caro. Incluso si optas por productos de temporada, porque es lo más sostenible, te encuentras como el verano pasado con el sobrecoste de un alimento rico y saciante como la sandía. El alza actual de precios está provocando que cada vez las personas con problemas nutricionales o con intolerancias tengan menos poder adquisitivo», sostiene Ana Casas.

A las familias con dificultades que piden ayuda a entidades como Cáritas se les facilita un código QR, con el que acuden a determinados supermercados a comprar lo que necesiten, lo que puede incluir alimentos específicos sin gluten, sin lactosa o sin azúcar, explica Soledad Crespo, ya que el Banco de Alimentos no suele recibir artículos de ese tipo. El problema es que antes el importe que Cáritas daba a estas personas les permitía comprar más productos y ahora son menos por su elevado coste.

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