REPORTAJE

La esencia de la Casa de Paso

El callejón de viviendas entre La Lagunilla y la calle Chaparro encierra una historia que se ve ahora empañada por su deterioro | El estado de este histórico espacio obliga a una profunda rehabilitación para garantizar la seguridad

Casa de Paso.  Interior de la Casa de Paso apuntalada tras el desalojo de tres de sus viviendas.

Casa de Paso. Interior de la Casa de Paso apuntalada tras el desalojo de tres de sus viviendas. / MANUEL MURILLO

Noelia Santos

Noelia Santos

Contaba el periodista y escritor Francisco Solano en las páginas de este mismo periódico, pero allá por enero de 1987, la bendita convivencia de antaño en la Casa de Paso situada entre la plaza de La Lagunilla y la calle Chaparro. No eran tiempos mejores, pero quizá sí más puros. Solano dedicaba un largo despiece a la Casa de Paso dentro de una serie titulada Plazas cordobesas y que, en esa página, estaba dedicada a La Lagunilla.

Serán muchos los cordobeses que no hayan escuchado hablar de la Casa de Paso hasta hace poco más de una semana, cuando tres familias tuvieron que desalojar sus viviendas de este pasillo del casco histórico ante el peligro de derrumbe. Las condiciones de vida actuales allí no son mejores que las que había cuando por allí paseaba un esbelto Manolete camino de su casa, situada, precisamente, en La Lagunilla.

En su crónica, Solano entablaba conversación con una vecina de la Casa de Paso de por aquel entonces. Pilar Chaves López le relataba al escritor la buena convivencia en el patio de años anteriores y rememoraba Nochebuenas donde cada vecino ponía lo que podía. «Los vecinos antiguos teníamos mucha unión; el día de Nochebuena los muchachos iban ahí a casa de Baldomero Moreno y traían un montón de leña para hacer una candela en este patio, y luego cada uno sacaba lo que podía: una botella de anís, vino, mantecados…, y con el pan que sobraba se hacían migas, ya de madrugada. Cantábamos villancicos y nos divertíamos. ¡Ojalá estuviésemos en aquellos tiempos! Ahora no se entera una de que es Nochebuena», contaba con nostalgia Pilar.

Incluso el músico y compositor Ramón Medina le dedicó un villancico a esas noches navideñas que los vecinos entonaban en torno a la candela: «Esta noche la casa de Paso/ de la Lagunilla/ va a tener que ver./ Varios patios con grandes candelas,/ mozuelos, mozuelas,/ que al son de panderos/ y al son de almirez/ cantan villancicos/ al Niño Manuel…”.

La Casa de Paso, como la vida, ha cambiado mucho.

La rehabilitación que no fue

Hubo un tiempo en el que las administraciones pusieron la vista en la Casa de Paso con el objetivo de rehabilitarla, acabar con su condición de infravivienda y recuperar su identidad perdida.

Se redactó, incluso, un proyecto que cifraba la actuación por encima del millón de euros. Esto ocurrió en el año 2008 y formaba parte del área de rehabilitación concertada de la Axerquía Norte, declarada en 2006. La degradación de las zonas más antiguas de la ciudad, especialmente de las que están algo más alejadas de ese núcleo neurálgico llamado Mezquita-Catedral, no es, por lo tanto, una novedad.

La Junta de Andalucía tenía grandes planes para la Casa de Paso e iba a poner gran parte del dinero, aunque también colaboraban el Ayuntamiento y los vecinos. El proyecto pretendía quitar todos esos añadidos que al espacio se le fueron sumando conforme avanzaba el tiempo. Si en sus inicios se trataba de un conjunto de habitaciones con letrinas en el exterior, los vecinos arañaron espacio donde pudieron para incorporar baños a sus viviendas o cocinas. Todo ello, claro está, se fue comiendo zonas comunes. El proyecto era ambicioso, pues suponía que los residentes de la época pudieran mantener sus metros de vivienda, pero recuperando esa esencia perdida de un espacio histórico. Pero nada llegó.

Un deterioro evidente

Sin reformas ni rehabilitación, el deterioro de la Casa de Paso es más que evidente y no solo ocurre en este espacio junto a Santa Marina, sino en muchas construcciones del casco histórico.

Lo explica el decano del Colegio de Arquitectos de Córdoba, Juan Eusebio Benito, que detalla que muchas casas de esta zona de la ciudad están formadas por muros de tapial muy potentes, de hasta 60 centímetros, de ahí que, por ejemplo, permitan el frescor en verano, pero son viviendas con malos aislamientos en general, sobre todo del suelo, y con forjados y cubiertas de madera muy obsoletos. Esto genera humedades que provocan que el terreno se altere y ahí aparecen las fisuras, que son evidentes ahora mismo en la Casa de Paso. Es más, ha sido una grieta de grandes dimensiones (que además se ha visto acrecentada por caerle directamente las aguas pluviales de los canalones) la que ha provocado los recientes desalojos.

Incierta vuelta al hogar

Si bien la Gerencia Municipal de Urbanismo ha determinado que no hay que derribar la Casa de Paso, sí ha advertido de la profunda renovación que requiere para garantizar la seguridad de sus habitantes. Las tres familias desalojas (todas de alquiler) no saben, por tanto, cuándo podrán volver a sus casas. De momento, los propietarios deberán ejecutar una obra menor para quitar los puntales que pusieron los bomberos, que dificultan, y mucho, el acceso.

Las casas en ruina, en el centro

Según el Plan Municipal de Vivienda de Vimcorsa, de las 275 viviendas en estado ruinoso detectadas, casi el 53%, 145, están en el centro. Aunque el plan no distingue entre casco histórico y centro comercial, sí se puede suponer que la mayoría de viviendas en mal estado están en la primera zona. En total, y según el plan, en la ciudad se han detectado 3.382 inmuebles en mal estado. De ese total, 2.551 están en estado deficiente; 556, en estado malo; y 275, en estado ruinoso. Gran parte de las mismas, 1.153 (más de un 34%), están en el centro. Los siguientes distritos con más viviendas en mal estado de conservación se localizan en Levante (1.006), Sur (430) y Norte-Centro (364). Como ocurre con las viviendas en estado ruinoso, el centro acapara el mayor número de las que están en estado malo y deficiente. En el caso de los inmuebles en mal estado, la zona centro acumula el 67,6% del total, y en estado deficiente registra el 25%. Durante 2021, último dato disponible, los bomberos realizaron 84 actuaciones de distinta índole en edificios en mal estado (ahí se incluyen apuntalamientos, saneados y trabajos en cornisas, entre otros). Por parte de la Policía Local han sido una docena las acciones realizadas en dos años en relación a viviendas con algún problema por su mal estado. Este periódico ha intentado, sin éxito, conocer los datos de expedientes de ruina abiertos por Urbanismo.

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