reportaje

Los vecinos de la Casa de Paso piden una solución habitacional tras su desalojo

Ya se han reunido con Servicios Sociales que ha puesto varias alternativas sobre la mesa

Vecinos afectados por el desalojo de varias viviendas de la Casa de Paso.

Vecinos afectados por el desalojo de varias viviendas de la Casa de Paso. / ÓSCAR BARRIONUEVO

Noelia Santos

Noelia Santos

Los vecinos de la Casa de Paso situada entre la calle Chaparro y la plaza de La Lagunilla no saben cuándo podrán volver a sus casas. El Ayuntamiento tampoco está, ahora mismo, en disposición de hacérselo saber. El viernes, en apenas diez minutos, tuvieron que hacer una maleta con aquellas cosas que consideraran imprescindibles, pero todavía precisan de papeles y ropa para pasar lo que se antoja como una larga temporada fuera de casa.

De momento, todos se están quedando en casas de familiares, pero la solución solo es temporal. Lo advierten todos ellos y piden al Ayuntamiento de Córdoba que les busque una solución para el tiempo que permanecerán fuera de sus casas. 

Reunión con Servicios Sociales

Ya han mantenido un encuentro con los Servicios Sociales municipales. Según cuentan los residentes desalojados, una de las soluciones que se ha puesto sobre la mesa es que ellos mismos busquen un alquiler y, después, empezar a tramitar una ayuda para que desde Servicios Sociales se les abone el 50% del mismo. Esta solución no es inmediata y, por lo tanto, no convence a todo el mundo. Una de las vecinas explica que es trabajadora de ayuda a domicilio y que tampoco puede adelantar un doble alquiler (fianza y primer mes) así como así. También manifiestan que ya se han puesto en contacto con algunas inmobiliarias y aseguran que en la mayoría les han dicho que «no trabajan con Servicios Sociales porque después no pagan» y denuncian que, aparte, «nos miran mal».

Mientras, desde el Consistorio explican que para recibir una ayuda de la administración es necesario seguir una serie de requisitos, en este caso, estar inscrito en el registro de demandantes de Servicios Sociales, que no es el caso de estas personas. Si bien sí se consideran población de renta baja, no están en situación de exclusión, de ahí que haya que buscar la fórmula para las ayudas.

Otra de las alternativas, comentan los vecinos, es la casa de acogida municipal, sin embargo, aquí no podrían entrar con sus mascotas y, en dos de los casos, las tienen. Una de esas vecinas afirma que «ni loca» va a deshacerse de sus mascotas y añade que antes de eso «prefiero dormir en la calle, pero todos juntos». 

De momento, siguen a la espera de que les permitan entrar de nuevo en sus pisos para coger más cosas, sobre todo papeleo sanitario y más ropa.

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