Día festivo en Córdoba con sabor a Mundial

Aunque el martes festivo ha comenzado con (más) lluvia, al pasar el mediodía escampó, lo que ha permitido que las actividades especiales de la programación de Navidad hayan podido llegar a buen puerto.

El ciclo La fiesta se hace tradición, que organiza la Delegación de Promoción de la Ciudad dentro de la programación Córdoba es Navidad, ha abierto hoy sus actos con la agrupación coral Fantasía Cordobesa. Sus componentes son personas mayores que ponen todo su entusiasmo y habilidades musicales, vocales e instrumentales, para interpretar villancicos tradicionales como Ni ventana ni balcón, Niño del Pesebre o Nochebuena cordobesa. Así, hasta once títulos distintos. Manuela Castro, una de las componentes de esta coral, explicaba que su trayectoria en ella se remonta a 15 años atrás, «y aquí sigo, cantando villancicos de toda la vida, para que no se olviden». Este simpático grupo lleva, desde hace un mes, ensayando dos veces por semana para estar a la altura de las tres interpretaciones que han realizado en la Plaza de las Tendillas, Capitulares y La Corredera. Hubo tímida afluencia de espectadores pero, eso sí, muy agradecidos con sus aplausos a los artistas.

Actividades para público infantil

Con quince minutos de diferencia comenzaba en la puerta del Conservatorio Superior de Música Rafael Orozco un espectáculo bien distinto. Una función de magia divertida con el mago Magic Lara ha hecho las delicias de los pequeños (y sus padres, por qué no) que, poco a poco, se han ido congregando atraídos por el entusiasmo de los pequeños que ya participaban del espectáculo. Antonio, como se llama el joven ilusionista, lleva muchos años acercando el mundo de la magia a los niños. «Lo más difícil, cuando inicias una función, es llegar hasta ellos por eso uso a los más entusiastas, participativos, como ayudantes, y eso me sirve como puente para llegar a los más tímidos» confiesa. Porque la magia realmente existe y así lo demuestran las caras de asombro de sus pequeños espectadores. 

En una tarde en la que el partido de España en el Mundial se ha dejado notar en unas calles poco concurridas, ocho bailarinas de la Academia Langa, disfrazas de los Ositos Coloridos, han entretenido con bailes, canciones y actuaciones con nieve, pompas, chispas y colores a un público infantil que, de momento, no entiende de fútbol. 

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