Los cinco artistas que han concursado este año en el Festival Internacional de las Flores Flora que se celebra en Córdoba, se han sentado este sábado en una mesa para compartir con el público su experiencia y reflexionar en voz alta sobre lo que han vivido durante el proceso de creación de sus instalaciones. En un ambiente distendido y la vez muy formal, el director artístico de Flora, Emilio Ruiz, les ha lanzado distintas cuestiones en las que han ido desmadejando las dificultades a las que se han enfrentado, su forma de trabajar y los retos que las instalaciones y el trabajo en Córdoba les ha planteado, además de lo que se llevan de su paso por la ciudad.
Todos ellos coincidieron en destacar el apoyo prestado por el equipo de producción y la sensación de paz y calma que les ha transmitido la ciudad durante sus paseos diarios hacia los patios en los que han levantado sus obras. Para el norteamericano Maurice Harris, «ha sido una experiencia maravillosa comprobar que lo que iba planteando se podía hacer, las sonrisas y volver a trabajar codo con codo con un equipo grande después de dos años limitados por el covid».
Los artistas valoran el ritmo de vida de la ciudad
En el encuentro, Sara Uriarte, de Cordero Atelier, dijo que le va a dar pena irse de Córdoba «por el ambiente de relax con que se vive aquí en comparación con las prisas y el ritmo de Madrid», una característica que destacaron el resto de compañeros.
La libertad creativa que les ha ofrecido el festival ha sido otro rasgo que han señalado todos. «Nunca había trabajado antes en España y ha sido muy interesante crear algo específico para un patio, yo diría que este es mi trabajo más personal porque normalmente trabajo por encargo para otros», comentó el californiano, mientras que el japonés Yuji Kobayashi señaló que le ha llamado la atención que en España, a diferencia de otros eventos en los que ha participado en Asia, la gente está más atenta a las flores que a la propia instalación. Cordero Atelier, por su lado, confesó que Flora le ha dado la oportunidad de experimentar con nuevos biomateriales, una opción que piensa seguir investigando a partir de ahora.
Diferentes sensaciones
También ha habido cuestiones que se les han atragantado. Lo más complicado para Kokon, ganadora del festival, fue encontrar comida vegetariana para su equipo en Córdoba mientras que Harris destacó su sensación de extrañeza al trabajar tan lejos de su país, de su zona de confort y hacerlo además compatibilizando el trabajo con actividades, ruedas de prensa y encuentros con el público. Sobre sus instalaciones, Emma Weaver expuso que el eje de su propuesta es la idea de la circularidad y las distintas perspectivas mientras que Yuji Kobayashi ha intentado potenciar el juego geométrico de su instalación con los árboles del Patio de los Naranjos. Cordero Atelier lanza en su Camino a través del camino un mensaje sobre la pérdida de la biodiversidad y el cuidado con la Naturaleza, Kokon pone el acento en su intención de jugar con el concepto de metamorfosis creando un espacio con seres indefinidos que llamen a la confusión y Harris en su deseo de exponer que todos somos seres multidimensionales, complejos, bellos y caóticos, pacíficos y dramáticos y que hay que vernos desde esa variedad de ángulos.
Afluencia masiva de visitas al festival en un sábado radiante
Colas para ver el trabajo de los cinco artistas participantes el día después de conocerse las instalaciones premiadas
Conocidas las instalaciones ganadoras, Kokon con el primer premio y Cordero Atelier con el segundo, el sábado ha amanecido luminoso, sin rastro casi de las nubes que ayer descargaron en la ciudad, lo que ha llenado los accesos a los patios de público deseoso de conocer el trabajo de los cinco artistas. Desde primera hora, se han visto colas en las puertas de cordobeses y foráneos, muchos de los cuales repiten en el festival. “Es la tercera vez que venimos a Córdoba en octubre desde Sevilla para ver a la familia y visitar Flora, las colas nos dan un poco igual porque nos lo tomamos con calma y si nos cansamos, nos paramos a tomar una cervecita para seguir”, explica Ana Álvarez, que este año conoce además a uno de los asistentes artísticos de Kokon. “Mi cuñado es florista y está encantado con la experiencia".
