«Estamos cinco personas en esta habitación. Uno de nosotros es el asesino». Ciudadanos sigue jugando a la versión corta del Diez negritos de Agatha Christie en su grupo municipal y el último en sufrir un traspiés ha sido David Dorado, que sin estar señalado por la Fiscalía (sí lo ha sido la coordinadora de área que él mismo designó) ha sido despojado por el alcalde de todas sus competencias al frente de Infraestructuras y de Sadeco y de sus galones en la junta de gobierno local. Se queda, de momento, como soldado raso a la espera de recibir nuevas competencias.

El caso Infraestructuras --en el que se investiga si se amañaron y falsearon contratos en este área municipal, en principio, en 2020, aunque podría hacerse extensible a 2016-- ha amenazado con trastabillar el delicado equilibrio aritmético de 9 (concejales del PP) más 5 (concejales de Cs), con el que José María Bellido gobierna desde junio del 2019, porque uno de los escenarios que se barajó fue que Dorado terminara yéndose al grupo mixto si Cs --¿hay aún partido ahí?-- no le hacía recapacitar. Aunque esto no ha sucedido, David Dorado resiste en su acta de concejal naranja (cuánto habrán rezado algunos para que dimitiera y, simplemente, corriera la lista electoral), después de que ayer fuera él mismo quien se diera un tiro en el pie al votar en contra del cese de la coordinadora de Infraestructuras. Cesarla a ella era el único paso obligado por el pacto para la gobernabilidad firmado por PP y Cs, que acordaron que si un alto cargo era imputado en el mandato debía dejar su puesto, y él dijo no.

Si la consigna para Dorado era resistir y dejarlo pasar (seguir, al fin y al cabo, las lecciones aprendidas por su compañero Manuel Torrejimeno; o aguantar pese a la tormenta política como no logró hacer Eva Timoteo), el edil de Cs quiso ser un negrito más y se saltó el guion votando contra el cese. Tras el gesto suicida, el alcalde se vio obligado a actuar retirándole las competencias y ahora aprovechará para hacer una nueva reestructuración en su equipo. Barrerá para casa, o sea, para el PP, pero tendrá que explicar, si sucede, por qué Dorado no es de fiar al frente de Infraestructuras y sí, para el nuevo cargo que le designe.