La pregunta que subyace es: ¿sirve para algo lo que se aprueba en el salón de plenos de la ciudad de Córdoba? No es la primera vez que el Pleno trata de garantizar que las mociones que aprueba se lleven a cabo y de vigilar el cumplimiento de las mismas porque aunque no existen estadísticas -habría que pedirlas—del grado de ejecución de los acuerdos plenarios ni de las proposiciones que caen en el olvido al minuto siguiente de ser aprobadas, muchas por unanimidad, las sensaciones de la Corporación no deben ser buenas cuando se insiste en fiscalizar el asunto.

En esta ocasión ha sido el grupo municipal de Vox el que ha traído al salón de plenos una moción sobre la ejecución, seguimiento y transparencia de las mociones aprobadas. En concreto, la moción obliga al Ayuntamiento a publicar en el Portal de Transparencia de la página web municipal en sección diferenciada a las actas y video actas, todas las mociones presentadas al Pleno, así como los plazos de cumplimiento y su grado de ejecución, presupuesto estimado y gestiones o trámites que deban llevarse a cabo para su cumplimiento si deben desarrollarse con otras administraciones públicas. Por supuesto la moción de Vox ha sido aprobada por unanimidad, pero como decimos no es la primera de este tipo a la que se le da el visto bueno en Capitulares.

Basta recordar los últimos mandatos. En febrero del 2013, por ejemplo, a propuesta del grupo municipal de Unión Cordobesa y siendo edil Rafael Gómez, se aprobó la creación de una comisión para el seguimiento del cumplimiento de las mociones. Pese a dicha aprobación, la mesa no llegó a constituirse, lo que se tradujo en el correspondiente culebrón por quién tenía o no la culpa de que aquello ocurriera. Así las cosas, en el siguiente mandato, en el año 2017, el mismo partido, acompañado en aquella ocasión por Ciudadanos, volvió a reclamar un plan de seguimiento y transparencia de las mociones. El entonces concejal de Ucor y hoy gerente de Emacsa, Rafael Carlos Serrano, recuerda que la comisión solo llegó a reunirse una vez “y a pocas semanas de que concluyera el mandato” de la entonces alcaldesa Isabel Ambrosio. Ahora, como decimos, se ha aprobado de nuevo un mecanismo para tratar de verificar si lo que se aprueba en el salón de plenos de la ciudad de Córdoba sirve o no para algo. Se verá.