La familia es un elemento fundamental para el desarrollo infantil. Los expertos señalan que el contexto familiar es esencial para la crianza y la educación, y es el entorno natural para las vivencias de las primeras experiencias, la transmisión de valores y pautas de conducta y, sobre todo, es el ámbito más adecuado para que los niños y adolescentes sientan cubiertas sus necesidades afectivas. Sin embargo, hay situaciones en las que la familia tiene dificultades o incumple sus deberes de protección hacia sus hijos, no favoreciendo su bienestar ni cubriendo sus necesidades básicas, educativas, sociales y afectivas.

En estos casos, los menores pasan a ser tutelados por la Junta de Andalucía, que, junto a los centros de protección de menores, también cuenta con otros recursos y medidas para velar por sus derechos y garantizar su protección y bienestar. Entre ellos, el programa de acogimiento familiar, que implica la convivencia e integración de un niño en una familia cuando debe ser separado temporal o permanentemente de sus padres, madres o tutores.

En el marco de este programa, un total de 161 menores, que actualmente residen en los centros de protección cordobeses, son susceptibles de ser acogidos por una familia, mientras que otros 243 están ya en hogares particulares, 148 de ellos bajo la guarda de lo que se denominada familia extensa -es decir, personas con las que existe una relación de parentesco, en muchas ocasiones los propios abuelos- y 95 en familia ajena, según los datos facilitados por la Delegación provincial de la Consejería de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación de la Junta.

Desde esta delegación se señala que actualmente se necesitan familias para acoger de manera inmediata y urgente a menores de 6 años, por un periodo de tiempo no superior a 6 meses, hasta que se valore una medida más estable para los niños, algunos de los cuales tienen deficiencias físicas, psíquicas o sensoriales. De igual manera, se buscan hogares para acoger a mayores de 8 años, a grupos de hermanos, y a niños menores de 6 años con alguna discapacidad, ya por un periodo de tiempo mayor. En concreto, y para atender a estos distintos perfiles, «son necesarias de forma urgente 19 familias», apuntan desde la Delegación provincial.

El acogimiento temporal de menores es una medida de protección solidaria que ofrece a estos niños la posibilidad de desarrollarse en una familia y mantener, a la par, la vinculación con sus padres y hermanos.

En el caso de Córdoba, este programa está gestionado por la Fundación Internacional Aproni, institución colaboradora de integración familiar -conocidas como Icifs- y la única habilitada por la Junta en el caso de la provincia cordobesa, que presta el servicio de apoyo al acogimiento familiar de menores, trabajando en coordinación con el Servicio de Protección de menores, y en concreto, con el departamento de acogimiento familiar y adopción de la Consejería.

Características

Para que un niño o adolescente pueda ser acogido por una familia, la Administración, como responsable de los menores, tiene la obligación de conocer a las familias solicitantes de acogimiento, y estas deben ser conscientes de las características de estos menores «que han tenido una experiencia de vida distinta a la que tienen los niños y niñas que viven con sus familias biológicas normalizadas», según se informa desde la Consejería de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación.

Estos menores han sido objeto de abandono, negligencias, malos tratos o cualquier otra circunstancia dolorosa o traumática, por lo que las familias tienen que tener las capacidades, actitudes y entusiasmo necesarios para hacer frente a ciertas características de los menores de protección, tales como déficit en su desarrollo afectivo, dificultad para sus relaciones sociales, dificultades cognitivas, problemas de apego, trastornos de conducta, diferencia étnica, etcétera.

Además de todo lo anterior, desde la Consejería y desde Aproni se explica que las familias acogedoras deben tener también las capacidades suficientes para colaborar con el menor con el fin de que se produzca la reintegración en su familia biológica. Por ello, el acogimiento es una medida de apoyo al menor y a su propia familia, por lo que es incompatible con la adopción, que suele conllevar la ruptura de vínculos del niño con su familia biológica.

En esta línea, el coordinador del programa de acogimiento familiar de Aproni en Córdoba y Sevilla, José Luis Guerrero, explica que ante la necesidad de buscar un hogar para un menor, primero se estudia su entorno, para ver la posibilidad de si hay alguien en su familia extensa que pueda hacerse cargo de los mismos, «y donde hay un porcentaje alto de abuelos que acogen a sus nietos».

Solo si no es posible el acogimiento con personas que tienen alguna relación de parentesco con el menor, se buscan familias ajenas, donde el perfil en el caso de Córdoba es muy variado, aunque en mayor porcentaje suelen ser familias con hijos, de entre 45 y 55 años, con un nivel económico medio y con estudios que van desde secundarios a superiores, indica José Luis Guerrero.

Entre las motivaciones de las familias cordobesas para acoger a estos menores, lógicamente las ganas de ayudar y de contribuir a la sociedad, además de gustarle el cuidado y atención de los niños.

Además, aunque el programa está abierto a todo tipo de familias (ya sean monoparentales, biparentales u homoparentales; y de todo tipo de nivel socioeconímico), y como lo más habitual son familias que ya tienen hijos, «otra de las motivaciones que también nos trasladan es tener la posibilidad de inculcar valores a sus propios hijos, tales como la solidaridad, compartir y el amor al prójimo», afirma el coordinador de este programa de Aproni en Córdoba.

Respecto a los menores que son acogidos, también hay múltiples perfiles y problemáticas existentes detrás de cada caso, pero con una tónica común, que son niños «que tienen una herida que curar, y necesitan cariño, estabilidad y sentirse protegidos». Negligencias por parte de sus padres, desatención, abusos, progenitores con problemas de consumo de drogas o problemas mentales, o privados de libertad suelen ser problemáticas que están detrás de estos menores a los que se les busca una familia de acogida. Familias que actualmente acogen a 243 de estos menores en Córdoba, dándoles todo su apoyo, ayuda y cariño, y que tras la experiencia afirman que «siempre reciben más de lo que dan», recuerda José Luis Guerrero.