La Corporación municipal cerró ayer el mandato --el décimo de la democracia del 78-- con la satisfacción del deber cumplido. No era momento de balance político ni de autocrítica. Era el momento de que los 29 ediles intercambiaran besos, buenos deseos y bonitas palabras. Por un día dejaron atrás las broncas, las críticas y los debates, que dieron paso a una sincera despedida entre adversarios políticos, algunos de los cuales se han hecho hasta amigos. Solo 9 ediles de esta Corporación formarán parte de la próxima, y dos formaciones salen de Capitulares: Ganemos, que no pudo presentarse a las elecciones, y Unión Cordobesa, que se disuelve. Precisamente, todos los portavoces coincidieron en aplaudir el trabajo desarrollado «con dignidad y constancia» por Rafael Carlos Serrano, uno de los ediles que más mociones ha logrado sacar adelante, y el trabajo «honrado» de Ganemos.

En la sesión también se recordó a los ausentes, como María Jesús Moros, la concejala socialista fallecida en septiembre del 2016, y a quienes abandonaron sus actas a mitad de mandato: Alberto de los Ríos y Rafael del Castillo. Hubo, incluso, confesiones de última hora, como el reconocimiento de Pedro García a la figura de Emilio Aumente, «con el que me he peleado 1.400 millones de veces», reconoció; de David Dorado, que casi, casi le dice algo bueno a Alba Doblas; o de la portavoz socialista, Carmen González, que admitió irse «más tolerante» de lo que entró. La que sale igual de embarazada que cuando llegó es María Ángeles Aguilera, que tuvo a sus mellizos recién estrenado el mandato y ahora se prepara de nuevo para ser mamá.

La alcaldesa en funciones, Isabel Ambrosio, deseó «suerte y acierto» a José María Bellido, y despidió con cariño a los veteranos Emilio Aumente (PSOE) y Luis Martín (PP), que se jubilan. Por su parte, el futuro alcalde citó a Andrés Ocaña para recordar que ni las victorias ni las derrotas son eternas, y aseguró al gobierno local que, transcurrido el tiempo, recibirá «el cariño de los cordobeses». Del resto de la Corporación dijo que les honra «haber buscado siempre lo mejor para la ciudad», por lo que pueden irse «orgullosos» por el trabajo hecho. Tras el pleno, foto de familia y últimos cotilleos de pasillo. El edil José Luis Moreno dio una vuelta al ruedo para despedirse de los trabajadores de los grupos. A ellos y a los funcionarios le agradecieron los servicios prestados. Por agradar, ¡oh cielos!, los políticos felicitaron incluso a los periodistas. «¡Milagro!», y el Ángelus del carrillón de San Pablo se escuchó en Capitulares.