Hablar de la asociación de vecinos Amanecer de Fátima es hacerlo de una de las más antiguas de la ciudad. Se creó poco antes de 1978, año en el que se aprobó la normativa que permitió la creación de estos colectivos . Desde un principio se caracterizó por ser una asociación fuerte y reivindicativa, muy en consonancia con el barrio en el nació, un barrio de los llamados obreros y que aún hoy se siente de esta condición, según pone de manifiesto su presidente actual, Rafael Bellido.

Bellido subraya que, aunque esta filosofía de reivindicación es muy importante para lograr las mejoras del barrio, en los últimos 8 años «nos volcamos con la plataforma Stop Desahucios», con la que se han integrado, «y en ayudar a las familias y las personas» del entorno.

En este sentido señala que han puesto en marcha iniciativas como la recogida de alimentos para quienes más los necesitan, aunque no han abandonado el trabajo en proyectos como dotar de ascensores a los bloques, una propuesta en la que trabajan desde hace 20 años y que de la que han logrado cumplir aproximadamente el 60% de su objetivo.

Fátima, relata, tiene una población con una edad media que ronda los 50 años «y de ahí para arriba» y que en los últimos años «se está convirtiendo en un barrio dormitorio», porque «la actividad comercial está experimentando un declive y una bajada muy importante».

En tanto tienen en el horizonte la materialización de dos proyectos estrella para el barrio y para la ciudad: el Parque de Levante y la actuación en la antigua prisión. Se alegra de que por fin esté aprobada la innovación de PGOU que permite ejecutar más viviendas de las que inicialmente estaban previstas en unos terrenos que llevan más de una década sin urbanizar, hasta llegar a las 236. Ahora, subraya, es Instituciones Penitenciarias, propietaria del suelo, «la que tiene que mover ficha, poner en valor los terrenos y acometer, como mínimo, la urbanización».

En cuanto al Parque de Levante, que será el mayor de la ciudad con 33 hectáreas de extensión, confía en que culmine cuanto antes, porque, aunque se ha avanzado en el proyecto, «hasta que no lo veamos ejecutado no nos lo vamos a creer».