Como «una bomba». Así cayó entre los padres y madres del Juan de Mena, en Carlos III, la noticia que el propio centro les comunicó el pasado lunes: una familia de un alumno de ocho años había denunciado ante la Policía Nacional un supuesto intento de secuestro del pequeño a la salida de las instalaciones escolares el pasado viernes. Ayer, a las puertas del colegio, no se hablaba de otra cosa en medio de una mezcla de incredulidad e inquietud. Y eso que ya se conocían las palabras tranquilizadoras del subdelegado del Gobierno, Juan José Primo Jurado, quien señaló a este periódico que con los datos de los que dispone ahora mismo la Policía Nacional «todo indica que se trata de un malentendido» y no de un verdadero intento de rapto, por lo que pidió que «no se siembre la alarma». Pero aun así, los padres, que habían conocido por el propio centro que un desconocido intentó meter al niño en un coche, según la versión del abuelo del menor, se dividían ayer entre quienes no creían que el intento de secuestro fuese tal y quienes ponían en cuarentena las declaraciones oficiales. «Yo siempre he puesto en duda que ocurriera y ahora, después de saber lo que ha dicho el subdelegado, más», confesaba Jesús. «El ambiente aquí es normal. Se ha exagerado la cosa», aseguraba María. «Al parecer, todo fue una falsa alarma», añadía Pedro. Pero también había posturas diferentes. «Lo que ha dicho el subdelegado --apuntaba otro padre-- es para quitarle hierro al asunto, y desde luego que hay inquietud». «Estoy asustadísima. Hay intranquilidad. Es que no sabes a quién creer, porque si no ha pasado nada por qué la dirección del colegio ha dicho lo que ha dicho», se preguntaba Isabel.

Desde el centro, que el lunes estableció nuevas normas a la hora de recoger a los alumnos como «medida preventiva», no se quiso ayer hacer declaraciones. Fuentes policiales, de su lado, aseguraron que se sigue trabajando en aclarar lo ocurrido, pero insistieron en que, «de momento, no hay nada que apunte al intento de un secuestro». Pero, «claro, son niños y estas noticias te dan un poco de miedo, aunque no te quieras alarmar», confesaba Isabel mientras los grupos de whatsapp de los padres echaban humo con el supuesto secuestro.