La mayor pesadilla de José Córdoba es no morir antes de ver desaparecida la romería de los gitanos de Cabra, que él creó a la medida de sus sueños en 1968, y que --quién lo diría, hoy reducida a casi nada--, llegó a ser punto internacional de encuentro festivo y símbolo de diálogo entre etnias y culturas. Todo había empezado dos años antes, cuando el patriarca de los Córdoba, animado por el alcalde egabrense Luis Cabello, acudió a una macroperegrinación calé celebrada en Pomesia (Italia) bajo el ala protectora de la Iglesia.

De aquella cita este hombre tenaz volvió a su pueblo con la alegría de haber conocido en persona a Pablo VI, un poco abochornado porque "allí acudieron unos remolques que pa qué , la más pobretica era nuestra expedición", y con la idea fija de hacer algo parecido en Cabra ante la Virgen de la Sierra, su venerada Majarí Calí.

--¿Apoyaron su proyecto?

--Pensaron que estaba chiflado. Entonces propuse sacar en procesión un Cristo de los Gitanos y eso sí pareció bien. Cogí a mi gente y los calenté a todos, me lié a pedir dineros y aquello salió palante . Todos los gitanillos cantando detrás del Cristo y de una Virgen. Tuvo tanto éxito que me empeñé en montar una romería de gitanos. Acudí a don Manuel Mora, un señorito con mucho dinero que era dueño de la Virgen de la Sierra y el santuario, le propuse la idea y me dijo: "Anda ahí tus cojones, cuenta con sacar la Virgen en procesión".

Y añade muerto de risa que se enteró del asunto un sargento de la Benemérita y lo llamó al cuartelillo. "Tu querrás guardias civiles para tu romería, ¿verdad?", le planteó. "Yo dije para mí que una romería de gitanos con civiles iba a tener muy mala sombra, pero bueno, comprendí que así habría más respeto y dije que sí, pero que no cargara la mano, no fuera que los gitanos salieran corriendo y nos quedáramos solos la Virgen y yo".

--Tengo entendido que le ayudó mucho Radio Atalaya, y en concreto Paco Carmona.

--Ese hombre, que en paz descanse, fue una bendición. El bautizó a mi hija Rocío, y Adolfo Molina, que hoy es secretario general del PP, a mi hija Pepi. Yo nunca he pensado en juntar dinero ni comprar fincas, todo lo que ganaba lo gastaba en la romería, y aquello llegó a tener un auge fabuloso.

Tanto que se convirtió en una cita cultural a la que acudían periodistas de toda España y el extranjero, un fenómeno social que reunía a miles de personas. "Yo les lloraba a los mejores artistas, y todos desfilaron por aquí, Mairena, Curro de Utrera... todos. Míralos en las fotos".

--Pero llegaron malos tiempos. ¿A qué se debe la decadencia de la romería?

--Porque a los gitanos les comen el coco y se los han llevado a los cultos evangélicos, ya no quieren cuentas con la Virgen ni conmigo.