La Audiencia Provincial de Córdoba ha condenado a penas que suman 30 años de prisión a un joven de 20 años al que un jurado popular consideró culpable de asesinato tras matar a una persona e intentar acabar con la vida de otras dos a puñaladas durante un botellón celebrado en el 2011 en la capital cordobesa.

En la sentencia, a la que ha tenido acceso Efe, el juez ha considerado al acusado culpable de un delito de asesinato, por el que le impone quince años de prisión, y de otros dos delitos de intento de asesinato, con penas de siete años y medio cada uno, y además ha condenado a un año y medio de cárcel a otro joven, amigo del acusado, por encubrimiento.

El juez considera probado que en la madrugada del 22 de octubre del 2011 el acusado se aproximó a un grupo de varias personas a las que les sustrajo una botella de licor, lo que dio lugar a que éstos le "recriminaran" su actitud.

En ese momento, el acusado sacó una navaja de "no menos de nueve centímetros de hoja" que llevaba oculta entre sus ropas y, "con ánimo de matarlos", asestó una puñalada a cada uno de ellos, de manera tan "sorpresiva, rápida e inesperada" que las víctimas "no tuvieron ocasión para defenderse", algo que, a juicio del magistrado, demuestra la alevosía.

Como consecuencia de la agresión, uno de los jóvenes recibió una incisión en el tórax, que afectó al corazón y le causó la muerte, mientras, que los otros dos heridos fueron afectados en la pelvis y en la región axilar derecha, respectivamente.

El acusado, por su parte, huyó del lugar de los hechos y fue detenido con posterioridad, mientras que su amigo cogió y escondió la navaja en un lugar cercano, a donde acudió dos días después para tirarla al río Guadalquivir "con la finalidad de ocultarla e impedir el descubrimiento del delito".

La sentencia relata que el condenado había consumido alcohol y cannabis antes de los apuñalamientos, pero determina que "ni estaba en estado de intoxicación plena, ni tenía algo mermadas sus facultades para entender y controlar su voluntad".

Por todo ello, la Audiencia ha condenado al acusado, que lleva en prisión desde el día que ocurrieron los hechos, a penas que suman 30 años de cárcel, y a pagar más de 100.000 euros en concepto de indemnización a las víctimas y sus familiares.