Descubren la verdadera razón por la que se ponen garrafas de agua en las esquinas de las casas en España
Este es el motivo que está detrás de esta práctica tan curiosa como extendida
En el día a día no es extraño caer en la cuenta de que damos por hechas ciertas prácticas y costumbres que, en realidad, no sabemos exáctamente de dónde vienen: aunque parecen totalmente naturales y normales, a menudo desconocemos de dónde vienen o cuál es su auténtico propósito.
Uno de los ejemplos más claros de esto es cuando vamos por la calle y vemos garrafas de agua colocadas en las esquinas de los edificios: una estrategia a la que si bien no le damos ninguna importancia a estas alturas está tan extendida en ámbitos rurales y urbanos del país que ya ni nos preguntamos por qué ocurre.
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La razón por la que hay garrafas de agua en las esquinas de las casas españolas
Este particular remedio casero, que puede parecer curioso a simple vista, tiene su origen en una antigua estrategia rural que servía para que los perros y los gatos no realizaran sus necesidades en las aceras comunes. Antiguamente se recurría a una mezcla de azúcfre y sosa para conseguirlo, pero se restringió su uso para evitar los riesgos que suponía para los niños y para el medio ambiente.
Gracias al azufre se conseguía espantar a los animales, pero el color amarillo llamaba la atención de los niños, a quienes les producía heridas en la piel al intentar manipularlo. Por esta razón se prohibió su uso.
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Entre las medidas que se adoptaron después para sustituir al azufre estuvo la idea de utilizar garrafas de agua para disuadir a los animales de hacer sus necesidades en las esquinas de esa casa: el razonamiento que sostiene a esta práctica es que los animales se pueden asutar al ver sus reflejos en el agua o que se ven molestos por el brillo de los destellos del sol.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que la eficacia de este remedio casero puede variar según diversos factores, como la reacción de los animales ante los reflejos o la frecuencia con la que se mantienen y limpian las garrafas de agua en su lugar. Además, es necesario considerar el impacto ambiental y estético de esta práctica, ya que algunas personas pueden encontrar poco atractiva la presencia de garrafas en las esquinas de las calles o los portales de los edificios.
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