Aquella noche de Reyes de 2015: la última victoria casera del Córdoba CF en Primera

Con los números en la mano, los meses de diciembre y enero de 2015 marcan el punto más alto del Córdoba CF en los últimos cincuenta años. Los blanquiverdes estaban en Primera División, fuera de la zona de descenso, firmando una serie que, dadas las circunstancias y la perspectiva, era espectacular: una sola derrota liguera -por 5-0 en el Camp Nou ante el Barça de Luis Enrique-, con dos empates -Levante y Éibar- y tres victorias entre el 6 de diciembre y el 16 de enero. No iba bien, pero tampoco estaba ni mucho menos desahuciado. 

Había ganado en San Mamés ante el Athletic y acumulaba ocho empates en 16 jornadas en el año de su retorno a la élite. Ya había despedido al técnico del ascenso, Chapi Ferrer, y reclutado a Djukic para enderezar el rumbo de un equipo que nunca llegó a serlo de verdad. Aunque dejó episodios para el recuerdo. Como el de aquella noche de Reyes de 2015, un lunes frío en el que logró su resultado más rotundo: 2-0 ante el Granada. Desde entonces, ni uno más en El Arcángel. Quienes acudieron a aquel evento pueden contar que vieron un suceso extraordinario.

La noche de Florin

El técnico serbio había tomado algunas medidas para revitalizar al grupo, al que le costaba la vida hacer goles. Le puso la cruz al japonés Mike Havenaar, todo un pufo -uno más de los que llegaron-, y reclutó desde el filial a un chaval rumano que había aterrizado en verano con la carta de libertad del Villarreal tras haber pasado por el Atlético Baleares de Segunda B. El club ni siquiera le presentó oficialmente. Era Florin Andone.

El joven delantero era la gran novedad en el once de Djukic ante el Granada de Caparrós, que no iba mucho mejor que los blanquiverdes. Los locales alinearon a Juan Carlos, Campabadal, Deivid, Pantic, Crespo, Fede Cartabia, Rossi, Ekeng, Fede Vico, Nabil Ghilas y Andone, cuya pasión sobre la cancha contrastaba con la languidez de algunos compañeros. La afición conectó rápidamente con ese estilo racial de Florin, que iba a todas.

El argelino Ghilas rompió el marcador a los 16 minutos y creó una expectativa real de triunfo que selló Andone a falta de un minuto para el descanso, tras remachar en carrera un centro desde la derecha. La arenga de Djukic en el vestuario durante el vestuario tocó algo más que el orgullo de los blanquiverdes, que salieron a morder. Borja García, Fidel y Xisco salieron al campo. Defendieron desde arriba, y Florin el primero. A falta de diez minutos, vaciado, el rumano fue sustituido por Xisco y se llevó su primera gran ovación. Había firmado una noche histórica. El Arcángel llevaba exactamente 42 años y siete meses sin ver ganar a su equipo en un partido de Primera. Después ya no hubo más. Quedó un único triunfo más, la semana siguiente en Vallecas ante el Rayo (0-1), con un gol en propia puerta de Abdulaye Ba.

Después de aquello...

Los cordobesistas que fueron a El Arcángel soñaban con nuevas alegrías, pero el asunto de torció de muy mala manera. El equipo acabó la primera vuelta en decimocuarta posición con 18 puntos y dos de margen sobre la zona roja, pero todo se fue al traste de un modo dramático. Una racha nefasta en la segunda mitad del campeonato, con solo dos empates en 19 partidos, llevó al club al descenso a Segunda como colista con solo 20 puntos. 

La desbandada fue absoluta, pero Florin se quedó en El Arcángel para buscar el retorno a la élite. Y puso su parte. Marcó 21 goles, alcanzó la internacionalidad absoluta y se convirtió en pieza codiciada. El Córdoba, con Oltra al mando, disputó el play off ante el Girona (2-1 en El Arcángel) y cayó en la prórroga en Montilivi (3-1). Florin no estaba ahí. Ya había sido concentrado con Rumanía para la Eurocopa.

El Córdoba lo renovó para venderlo al Deportivo de la Coruña por más de 4 millones de euros, en el mayor traspaso de la historia blanquiverde. Tras dos años en Primera, el delantero fichó por el Brighton inglés, que le envió cedido al Galatasaray turco, con el que disputó la Champions League y tuvo una grave lesión. Sus últimos destinos han sido el Cádiz y la Unión Deportiva Las Palmas, en el que milita actualmente en Segunda. 

El otro goleador de aquella última noche feliz del Córdoba en Primera, el argelino Nabil Ghilas, está actualmente sin equipo a sus 32 años, después de haber hecho escalas en Oporto, Levante, Gaziantepspor, Gotzepe, Vitoria de Setúbal y Athletic Marsella.

¿Quiénes siguen jugando de aquel equipo que obtuvo el último triunfo de Primera del Córdoba CF en El Arcángel? El meta Juan Carlos y el medio Borja García están en el Girona (Primera), Fidel en el Elche (Primera), Pantic en el Lugo (Segunda), Crespo en el Apoel (Chipre), Fede Cartabia en el Shabad Al-Ahli (Dubai), Fausto Rossi en el Reggiana (Italia), Fede Vico en el Leganés (Segunda) y Andone en Las Palmas (Segunda). Campabadal, Ghilas y Xisco están sin equipo, mientras que Deivid se retiró y el camerunés Patrick Ekeng falleció en pleno partido por un paro cardiaco en 2016 cuando jugaba en el Dinamo de Bucarest.

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