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El Córdoba CF, fiel a su tradición: los ascensos se logran fuera

El cordobesismo vela armas para el duelo del sábado en el Estadio Romano de Mérida, que puede tomar el testigo de Valdepeñas, Cartagonova, El Alcoraz o el Gran Canaria de Las Palmas como escenario de un salto de categoría de los blanquiverdes

Bernardo Cruz, actual jugador del Córdoba, y su hermano Fran, en el centro de la fiesta en Las Palmas (2014).

Pasan los años, pasan los jugadores... y hay asuntos que no cambian en el Córdoba CF. Ya en las últimas semanas, en medio de los debates sobre cuál podría ser el escenario en el que se consumara matemáticamente el objetivo, los seguidores más veteranos levantaban la voz para recordar una tendencia: el club blanquiverde consigue sus ascensos lejos de El Arcángel. Su hogar lo deja para las penas -descensos- y los trofeos de los modestos -entiéndase como salvaciones-, pero eso ahora no toca. "Con todo lo que hemos pasado, ¿no lo vamos a celebrar?", decía el capitán, Javi Flores, a propósito de las fiestas que se preparan -el domingo se quedaron Las Tendillas valladas y el autobús en la puerta- para lo que ha venido pareciendo un "ascenso a la carta". Y así, entre marcadores apretados y algunas carambolas, se ha llegado a una situación escrita por el destino: el Córdoba CF jugará el partido del ascenso en el Estadio Romano José Fouto ante el Mérida, el próximo sábado 16 a partir de las 19.00 horas. Una nueva plaza que puede inscribir su nombre en el expediente de éxitos de un club que tiene 68 años de vida.

Depende de sí mismo para cerrar las cuentas. Es lo mejor que se puede decir del Córdoba CF, al que un empate le basta para cantar el alirón al final del choque. Podría incluso hacerlo en el descanso si el Cacereño, su único adversario por el título, no gana en campo del Villanovense en un duelo que se disputa una hora antes. Llegados a este punto, en el seno del Córdoba ya no quieren mirar a nadie más, ni juntarse de nuevo para ver partidos por la tele. Que la próxima reunión sea en Las Tendillas, rodeados de aficionados en la madrugada del sábado y con una bufanda blanquiverde sujeta al cuello del Gran Capitán. Ese es el reto común.

El último ascenso en casa, hace 50 años

El Córdoba CF ha conquistado siete de sus ocho ascensos lejos de casa. El que materializó en El Arcángel data del siglo pasado: contra el Hércules a Primera en 1971. El primero, en 1956, lo celebró en casa pero lo logró en la jornada anterior fuera por una carambola de resultados. Perdió en Almería pero se benefició de una derrota ante el Algeciras. Ambos episodios quedan, en todo caso, sepultados en su relevancia en el imaginario colectivo cordobesista por el primer salto a Primera División, del que el pasado día 1 se cumplieron exactamente 60 años. Fue en Huelva, ante el Recre, con un inapelable 0-4. Ese partido fue el referente emocional de varias generaciones y se logró... lejos de casa. Como todos los demás a partir de entonces. 

El club cordobesista tiene en su historial ascensos a Segunda en Ibiza (1981), a Segunda B en Valdepeñas (1985), a Segunda en Cartagena (1999) y Huesca (2007) y a Primera División en Las Palmas (2014). Han pasado más de cincuenta años desde el último éxito festejado en casa y esa circunstancia ha tenido mucho que ver en el deseo, declarado desde distintos sectores del cordobesismo, de poder sellar un cambio de división a mejor con la propia hinchada. Pero, una vez más, episodios rocambolescos -la pérdida de los puntos de San Fernando en los despachos por alineación indebida- y el apretón del rival -el Cacereño está protagonizando un curso de muchísimo mérito- han llevado al Córdoba a su escenario más tradicional.

Habrá viaje y retorno triunfal si el equipo de Germán Crespo hace lo mismo que ha venido haciendo esta temporada excepto una vez: salir con puntos del campo. Habrá dos jugadores que lo sentirán de modo especial. Javi Flores estuvo en el equipo que ascendió a Segunda B en Huesca en 2007 y Bernardo Cruz -junto a su hermano Fran- estuvieron en la expedición que conquistó en Las Palmas en 2014 un puesto en Primera División.

Y esta vez, muy arropado

El hecho de disputar los partidos lejos -muy lejos, en algunos casos-, ha propiciado que los ascensos del Córdoba CF sean más recordados por las escenas de celebración en Las Tendillas que por la experiencia en directo en el escenario del partido. Hace cuatro décadas, en Ibiza, la delegación de hinchas se circunscribía a directivos, allegados y poco más. Si hubo caravana de autobuses y coches a Valdepeñas en la temporada 84-85, mitificada por el cordobesismo: el club salió de la Tercera División tras una travesía durísima y a través de un play off.

Aficionados cordobesistas junto a jugadores en el ascenso de Valdepeñas (1985). CÓRDOBA

En Cartagena tampoco hubo una nutrida presencia blanquiverde. Es más, el club local no facilitó entradas y los más osados tuvieron que "buscarse la vida" para infiltrarse en la grada y extasiarse con el 1-2 y los goles de Óscar y Ramos. En Córdoba, muchos socios ya maduros se emocionan al recordar cómo lo vivieron a través de la pantilla gigante instalada en el Palacio de Deportes Vista Alegre o cantando Follow the leader en Las Tendillas.

El "175, ven y cuéntanos" fue uno de los cánticos que pasó a la historia. La Sociedad Deportiva Huesca facilitó ese número de entradas a los seguidores blanquiverdes en el partido de vuelta de promoción de ascenso a Segunda en 2007. En la ida habían ganado los de Escalante por 2-0. Hubo más de esa cantidad, porque la picaresca funcionó: unos 300 lo disfrutaron en El Alcoraz.

Aficionados del Córdoba CF en la grada del Estadio Gran Canaria el día del ascenso a Primera. FRANCISCO GONZÁLEZ

Y en el último ascenso, en Las Palmas, el grupo de aficionados que se desplazaron estuvo en torno a los 50. Eran muchos kilómetros, en la ida habían quedado 0-0 y no se vendieron entradas especiales para cordobesistas. Aquel puñado de fieles lloró en las gradas del Gran Canaria con el ascenso más increíble que se haya visto jamás: un gol del mejicano Uli Dávila en el descuento de un partido reanudado tras una invasión de público. Fue el último ascenso del Córdoba CF.

En esta ocasión, la sensación será completamente distinta. En el Estadio Romano José Fouto podrá haber 3.500 aficionados alentando a los blanquiverdes ante un Mérida que, además, no es el rival directo por lograr el ascenso. El enemigo deportivo, el Cacereño, jugará antes y el Córdoba sabrá el resultado que necesita antes de finalizar su encuentro. Aunque los de Crespo, más allá de los números, tienen claro lo que hay que hacer. Lo de siempre en esta temporada. Ni más ni menos.

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