La Consejería de Salud y Familias prepara un plan estratégico de vectores con incidencia en la salud, cuya finalidad será reducir las enfermedades transmitidas por mosquitos o garrapatas, y una de las prioridades será el programa de control de la Fiebre del Nilo, que se pondrá en marcha en marzo.

En la rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno, el consejero de Salud, Jesús Aguirre, ha informado de que con dicho plan Andalucía se prepara ante la posible llegada de enfermedades emergentes a causa del cambio climático y de la globalización, entre otros factores.

Una parte importante de esta estrategia es el programa de control de la Fiebre del Nilo occidental, cuya aplicación se iniciará este mes, y se identificarán las distintas zonas de riesgo -bajo, medio o alto- en Andalucía de circulación del virus del Nilo occidental.

Además, se regularán las medidas de vigilancia, preventivas y de control y actuación para reducir o eliminar el impacto de esta enfermedad, integrando toda la información de la que dispone derivada de las actuaciones que se realizaron durante el brote del pasado año, como es la cartografía de los focos larvarios o la necesidad de una vigilancia y control de los imbornales de los núcleos de población.

Por su parte, el plan estratégico de vectores con incidencia en la salud abordará la caracterización de la presencia y distribución de elementos implicados en la transmisión de estas enfermedades, principalmente diferentes especies de mosquitos o garrapatas; la presencia de virus emergentes en ellos; la implantación de programas de vigilancia y control vectorial que sean eficaces para luchar contra la proliferación de estas especies de vectores, y la comunicación y coordinación con otras administraciones y la población.

Se mantendrá activo de forma continua, centrando las distintas actuaciones en la época del año que se considere más adecuada, según los vectores, la enfermedad concreta y la evolución de la situación epidemiológica.

En un primer momento, se elaborará una propuesta inicial del plan a cargo de la Dirección General de Salud Pública y Ordenación Farmacéutica y se constituirá un grupo de trabajo con representantes de todas las consejerías y personas expertas en las distintas áreas que afectan a la salud.

El borrador inicial se remitirá a todos departamentos para su informe y se debatirá en jornadas, encuentros y talleres que se realicen con el tejido asociativo relacionado con la materia y, después de someterse al trámite de información pública y de recabar los informes preceptivos necesarios, se elevará al Consejo de Gobierno para su aprobación definitiva.

Para ello, se crearán grupos de trabajo permanentes y multidisciplinares que desarrollarán los programas específicos, contando además con un comité técnico asesor, formado por expertos de reconocido prestigio en distintas disciplinas como el control de vectores, vigilancia epidemiológica humana, zoonosis, la sanidad animal, aves silvestres, gestión de programas y del campo de la investigación, incluida la universitaria.