Muestra del sector vitivinícola

La feria del vino de tinaja de Montalbán bate récord con 36.000 visitas

La muestra contó con 42 participantes, la mayoría bodegas y lagares

Foto de familia de la inauguración de la feria del vino de tinaja.

Foto de familia de la inauguración de la feria del vino de tinaja. / Diario CÓRDOBA

Diario CÓRDOBA

Diario CÓRDOBA

La 10ª Feria del Vino de Tinaja y Gastronomía de Montalbán de Córdoba ha cerrado este año superando todas las expectativas previas y estableciendo un nuevo récord de asistencia, ya que con más 36.000 visitantes la Feria demostró ser un punto de encuentro para los amantes del vino de tinaja, la gastronomía, la cultura y el ocio local.

Así lo ha explicado el alcalde de la localidad, Miguel Ruz, quien ha señalado que «el balance que hacemos es de rotundo éxito en todos los sentidos porque, por un lado, hemos tenido la visita de más 36.000 personas, con lo que supone eso para un municipio que no llega a los cinco mil habitantes y, por otro, también hemos batido récord en participación de empresas y en realización de actividades paralelas a la feria». 

Ruz ha indicado también que «esta Feria ha sido un escaparate excepcional para los productos de la comarca y hemos contribuido en gran medida a promover el turismo enológico y culinario, ya que con 42 empresas participantes, incluyendo bodegas, lagares y establecimientos gastronómicos".

Actividades paralelas

El regidor ha señalado que "hemos ofrecido una experiencia inolvidable, destacando la riqueza y diversidad de la enogastronomía de la Campiña Sur Cordobesa, empezando por los exquisitos vinos de tinaja de Montilla-Moriles, acompañados de la delicias gastronómicas de numerosas empresas y, todo ello, enmarcado en un ambiente de celebración y fiesta que ha permanecido durante los tres días de esta feria y que ha contribuido, además, a fortalecer los lazos entre los municipios».

La 10ª Feria del Vino de Tinaja y Gastronomía ha contado también con un gran programa de actividades paralelas, que incluyeron catas-maridaje, una exhibición ecuestre, pasacalles de baile, desayunos molineros, rutas moteras y de senderismo y conciertos, «todo ello con un lleno absoluto y los aforos totalmente completos», reseñó Ruz.