CAMBIO CLIMÁTICO

Setas en pro de la biodiversidad

Setacor revoluciona la forma de cultivar hongos en España, a la par que pone en valor biomasas vegetales en países en desarrollo

Entre olivares. María Rosas Alcántara porta una bolsa de sustrato de setas, esencial en sus cultivos.

Entre olivares. María Rosas Alcántara porta una bolsa de sustrato de setas, esencial en sus cultivos. / CÓRDOBA

Diario CÓRDOBA

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Más allá de los parámetros básicos de la agricultura ecológica para los cultivos más producidos y consumidos –en el caso cordobés el olivar, la naranja o el trigo- algunos agricultores y expertos vienen intentando dar una vuelta de tuerca para diseñar nuevos sistemas de producción que sean más sostenibles y generadores de una economía circular para otros productos quizá menos mayoritarios en el mercado.

Ejemplo de ello es la empresa cordobesa Setacor, que ha revolucionado la forma de cultivar setas en España, sin utilizar sistemas de climatización artificial, y conjugando este cultivo con la producción de olivos, contribuyendo así a la protección de la biodiversidad y del ecosistema local. En concreto, esta empresa del sector agroecológico, ubicada en Villafranca de Córdoba, está centrada en la micología aplicada, y cuenta con más de dos décadas de historia.

Especialista en conservas 'gourmet'

Actualmente, son especialistas en conservas gourmet a base de setas procedentes de agricultura ecológica y circular que mejora el medioambiente, siendo el perfil principal de sus clientes consumidores particulares a nivel nacional y una importante cadena de supermercados cordobesa, entre otros.

Este proyecto comenzó en el año 2002 cultivando una sola especie de hongo, la seta común o Pleurotus ostreatus, y distribuyéndola entre el sector de la gran hostelería cordobesa.

Desde entonces, Setacor se ha convertido en especialista en conservas gourmet a base de estas setas «que mejoran el medioambiente», como explica la responsable de Setacor, la bióloga María Rosas Alcántara.

Ayuda internacional. Esta empresa ha participado en proyectos de cooperación.

Ayuda internacional. Esta empresa ha participado en proyectos de cooperación. / CÓRDOBA

«Durante los diez primeros años del proyecto compartimos el pulso de la restauración de la Córdoba, sus esfuerzos en pro de la vanguardia de la cocina nacional e internacional, y sus avances y su gran trabajo», explica María Rosas, que apunta que también su huerta ecológica logró tener un banco de semillas de hongos antiguas.

«Desde entonces –señala- siempre hemos intentado que nuestra gestión sea lo más sostenible y ecológica posible, y estamos certificados por el Comité Andaluz de Agricultura ecológica (CAAE)».

No en vano, y tras un periodo formativo en Alemania y Holanda, María Rosas diseñó una nave donde cultiva setas sobre las hojas de sus propios olivos. «Es una técnica propia, única en el mundo, que nos ha valido numerosos premios a nivel local y estatal». Premios todos ellos relacionados con la sostenibilidad, el respeto al medio ambiente, y la innovación; de entidades privadas como BBVA, o públicas como el Ministerio de Agricultura, la Junta de Andalucía y la Diputación de Córdoba.

Además, desde el 2010 este empresa comenzó a participar en proyectos de cooperación internacional, de la mano de oenegés, para potenciar la micología en países en vías de desarrollo, impartiendo formación sobre el cultivo de setas en países como Níger, Argelia, Marruecos, Mozambique y Chile. Estos proyectos han ayudado a comunidades indígenas a conservar setas silvestres, poniendo en valor biomasas vegetales que no se usaban en regiones donde hay escasez de alimentos «y a realizar las primeras prospecciones micológicas científicas de la mano de la Universidad de Córdoba», explica María Rosas.

Tras esta experiencia internacional, desde hace varios años Setacor se ha centrado en el cultivo propio en Villafranca de Córdoba de forma circular y sostenible, entrelazando este cultivo con olivos. Así, se producen diversas variedades como setas grises, setas rosa, amarilla, shiitake, cardo, chopo, melena de león, y reishi, entre otras; que, tras un proceso de transformación, se comercializan en varios formatos, deshidratadas o micromolidas; o como base para otros productos como salsas, patés o vinagretas.

Para ello, se cambió por completo el sistema de producción y las propias especies de setas, comenzando a cultivar sobre hojas de olivo mezcladas con serrín, paja y otros productos. De esa manera, se termina de cerrar el ciclo de los nutrientes protegiendo la biodiversidad.

«En pocos años, hemos duplicado la cantidad de materia orgánica presente en el suelo y la biodiversidad ha aumentado exponencialmente. Esto se ha logrado mediante el manejo, no laboreo, desbroce manual y el aporte de todos los sustratos agotados del cultivo de las setas», apunta esta bióloga.

En definitiva, un ejemplo de que otra agricultura, más alineada con el respeto al medioambiente y los Objetivos de Desarrollo Sostenible, es posible.