RESPIRO PARA EL CAMPO

Las lluvias propician la siembra del cereal y mejoran la dehesa

El agua caída no repercute en los resultados de la aceituna, pero alivia el estrés hídrico de los olivos | Los embalses empezarán a recibir las escorrentías en breve si se mantiene el ritmo de precipitaciones

Las lluvias caídas servirán para que los olivos se recuperen del estrés hídrico que venían padeciendo.

Las lluvias caídas servirán para que los olivos se recuperen del estrés hídrico que venían padeciendo. / José Antonio Aguilar

Rafael Valenzuela

Rafael Valenzuela

Llegaron las deseadas lluvias y, con ellas, el cambio de ánimo en el medio agrario, que afronta la temporada de otoño-invierno con mayor optimismo, aunque para algunos cultivos las precipitaciones han llegado tarde. Tampoco es suficiente, por ahora, para que tengan una repercusión destacada en los embalses de la provincia de Córdoba.

De todo el territorio agropecuario cordobés, sin duda, el más beneficiado, según todas las fuentes consultadas por este periódico, es la dehesa. «Estas lluvias han hecho posible que crezca la hierba, tan necesaria para el ganado», explica Miguel Cobos, secretario general de UPA en Córdoba. El presidente de Asaja-Córdoba, Ignacio Fernández de Mesa, lo sintetizaba diciendo que «para la dehesa, para la bellota, ha sido espectacular».

También ha sido bien recibida la lluvia para los agricultores dedicados al cereal de invierno, «aunque algunos ya habían sembrado y se habían arriesgado, para los demás les vendrá muy bien poder hacerlo cuando escampe», sobre todo, para cultivos como el trigo blando, la cebada y la avena, señala Cobos.

Al respecto, Fernández de Mesa indica que «ahora todo el mundo se va a lanzar a la siembra, porque la tierra no tenía humedad suficiente, estaba todo seco. Con esa sensación de sequía y temperaturas que teníamos, a muchos agricultores les daba miedo, con el coste que tiene del abono y las semillas, empezar el periodo». Sin embargo, aunque la lluvia que está cayendo en la provincia de Córdoba está siendo abundante, ha llegado tarde para cultivos como el olivar o los cítricos, en lo que se refiere a la cosecha de este año. En la aceituna, porque ya está prácticamente recogida toda la cosecha y en la naranja, porque el fruto está ya formado y, en algunos casos, recogido. Solo en las variedades más tardías, como las late, podrían notarse algo, en el calibre, las precipitaciones caídas en estos días.

Aunque caigan 300 litros en los próximos días, los embalses no llegarían ni al 50%

Pero, aunque no repercutan en la cosecha de este año, tanto Cobos como Fernández de Mesa coinciden en señalar que el agua está siendo providencial para los árboles, que venían sufriendo un gran estrés hídrico que los había debilitado considerablemente. De esta forma, harán posible que el año que viene puedan afrontar la producción en mejores condiciones, especialmente el olivo, con lo que la cosecha podría ser mejor que la que se está concluyendo.

Donde todavía no se está notando demasiado el agua caída es en los embalses de la provincia de Córdoba, pues debido al prolongado periodo de sequía sufrido, las tierras necesitan mucha aportación para poder empapar y que se produzcan las escorrentías.

Pedro Parias, secretario general de Feragua, organización que aglutina a las comunidades de regantes de España, indicaba que «a los pantanos apenas ha llegado agua, pero, al menos en el campo, está sirviendo para aliviar el déficit que había». Hasta el fin de semana, en gran parte de la provincia se habían alcanzado ya los 100 litros por metro cuadrado, lo que hace pensar que si la tónica continúa, en los próximos días empezarán a recuperarse los cauces y veneros de la sierra y se producirán las primeras escorrentías y su consiguiente repercusión en el nivel de los pantanos.

Del mismo modo, Pedro Parias indica que también se espera que empiece a subir el nivel de los ríos y las balsas para riego, beneficiando, por tanto, los cultivos de la próxima temporada.

La realidad de la situación, según las fuentes consultadas, es que todavía estamos lejos de la normalidad, porque es tal el déficit de recursos acumulado, que aunque este año cayeran en la provincia más de 300 litros por metro cuadrado, los embalses no alcanzarían ni la mitad de su capacidad. Por ese motivo, Pedro Parias considera que, tal y como está la situación, la política de control de consumo de agua y de restricciones en los riegos debe mantenerse.

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