Su padre es un cordobés que emigró a Mieres a trabajar en las minas. Allí nació María José Castilla. Con solo dos años, su progenitor sufre un accidente en la mina y la familia retorna a Córdoba. Su vida ha sido un puro avatar. A los 23 años contrae matrimonio y veinte años después se divorcia con una hija a su cargo. Desde hace año y medio está sometida a diálisis tres días a la semana. Su organismo no acepta un transplante, habiendo estado varias veces a las puertas de la muerte, pero comenta que gracias a su trabajo de vendedora ambulante de lotería se evade de su enfermedad.
--¿Se puede vivir de vender lotería de manera ambulante?
--Estoy obligada por las circunstancias. Tengo una pequeña paga insuficiente para subsistir. Así que me saqué el carnet de vendedora ambulante de lotería y le vendo a la administración La Paloma, de la plaza de la Compañía.
--Es raro que no te aborden en una terraza o paseando para venderte lotería. Hay mucha competencia ¿Verdad?
--Hay muchos vendedores, la mayoría sin licencia, pero yo tengo mis clientes fijos. Yo vendo por las mañanas a las puertas del hospital Provincial y luego hago los mercadillos de la Fuensanta y el Arenal.
--Cuál es el número más demandado?
--El 13 y el 69 lo compran mucho, mayoritariamente los hombres. También vendo el 00019, el número que le tocó a Lagartijo después de muerto.
--¿Se vende más por la crisis?
--Yo vendo igual. Hay que tener simpatía y yo hablo con todo el mundo. Cuando más crisis hay, más juega el personal, por aquello de la necesidad-
--¿Le han dado algún susto?
--En el Arenal, esta pasada Navidad, me sustrajeron 2.660 euros sin darme cuenta. Hay vendedores a los que han robado tras darle una paliza.
--¿Pregona los números como se hacía antes?
--Cuando está la cosilla floja sí. Por ejemplo el abuelo (90), el súper abuelo (99), los civilitos (55), las preñadas (66). A la gente le gusta escuchar los apodos.
--¿En que época se vende más lotería?
--En todas. Siempre hay sorteos extras que atraen mucho al público. Ya se está vendiendo la de Navidad, y mi administración ha dado un premio de seis millones de euros y el segundo del Niño de este año.