La sociedad propietaria de la plaza de toros de Los Califas y Ramguertauro, la empresa que gestiona el coso, se verán el lunes ante el juez sin haberse sentado a hablar antes, y es que la anunciada reunión prevista para ayer no se produjo ni tendrá lugar en los próximos días. Es más, las relaciones entre ambas partes, más allá de lo que decidan los tribunales, parecen rotas definitivamente.

El empresario Ricardo Ramírez argumentó anoche en Twitter que no se celebró el encuentro porque "hemos decidido mi socio y yo que con los ataques de ayer no vale la pena". Sin embargo, ni una explicación dio directamente al presidente y al vicepresidente de la propiedad, Tomás González de Canales y Juan Machín, que habían permanecido por la tarde en las instalaciones de la plaza dispuestos a mantener la reunión. Aunque Ramírez no aclaró los ataques a los que se refería, posiblemente se trataba de unas últimas declaraciones de los miembros del consejo de administración en las que se insistía en la escasa calidad de los carteles organizados por Ramguertauro y en sus incumplimientos económicos.

Nada nuevo porque, al fin, estas dos circunstancias son las que han llevado a la sociedad propietaria a pedir a la jueza unas medidas cautelares previas a la demanda de resolución del contrato y que pasan por suspender el contrato para la próxima Feria de Mayo. De aceptarse esta petición, la propiedad pondría la plaza en manos de otro empresario, que sería Tomás Entero, para que organice el ciclo. De lo contrario, Ramguertauro podría llevar adelante su feria y la propiedad tendría que esperar a que, posteriormente, prosperara la demanda para romper el contrato para los próximos años.

La situación, sin embargo, no parece inquietar especialmente a Ramírez, ya que también en Twitter ha anunciado que el sábado se irá de España, sin esperar a conocer lo que ocurra el lunes y la decisión judicial.