Con tan solo 6 años, Samuel se convirtió a finales de enero en el rostro más visible del drama de los migrantes en aguas del Estrecho de Gibraltar. Él le puso nombre, pero ahora la asociación Pro-Derechos Humanos de Andalucía (APDH-A) le pone cifras: 295 personas fallecieron en el 2016 cuando intentaban llegar a España en patera o colándose en algún barco que cubre el trayecto entre los dos continentes, como todo apunta que pasó con el último cadáver rescatado por la Guardia Civil el pasado jueves en aguas de Ceuta. Y lo que es peor: el número de inmigrantes fallecidos se ha duplicado en tan solo dos años «fruto de las políticas de cierre de las fronteras», según denunció la oenegé en su informe anual de balance migratorio.

Las enormes tragedias vividas en los últimos años en el Mediterráneo a las puertas de Grecia o Italia pusieron el foco en la denominada Ruta de los Balcanes, la travesía que realizan los refugiados procedentes de África y Oriente Medio para intentar empezar una nueva vida. Sin embargo, aunque la frontera sur de Europa apenas representa un 7% de ese flujo migratorio -de acuerdo con las cifras oficiales publicadas por la Organización Internacional de las Migraciones-, los datos hablan de un «incremento progresivo» del número de personas llegadas a España en los últimos años huyendo también de la guerra y la miseria.

EL TRIPLE DESDE 2010 / La comparativa con el 2015 puede inducir a error, ya que en el 2016 se recibieron menos solicitudes de entrada de personas procedentes de Siria. Pero si se toma en consideración la serie histórica de la última década, el gráfico que representa el número de llegadas a España no deja de crecer. «Si tomamos como referencia el año 2010, el número de personas que llegaron a España el año pasado está cerca de triplicarse», aseguró la APDH-A.

Según detallaron, el flujo de llegadas a España también se confirma por la vía marítima, que ha crecido casi un 40% respecto al 2015. Para muestra, los 1.289 inmigrantes contabilizados durante el pasado mes de enero, muchos de los cuales colapsaron el CETI de Ceuta, frente a los apenas 400 registrados en enero del 2015. En el caso de Andalucía, la principal vía de entrada, se pasó de 3.736 llegadas ese año a 6.508 en el 2016, en su mayoría a través de Almería, Granada y Cádiz.

No obstante, aunque el número de personas llegadas a Almería es superior al de Cádiz, el número de embarcaciones es más elevado en Cádiz, debido a que en el Estrecho abundan más las pequeñas embarcaciones, con 10 personas de media, que se lanzan a la aventura para cubrir los apenas 14 kilómetros de distancia. En Almería, sin embargo, la media de personas por embarcación es de 21 y esta cifra alcanza las 31 en Granada y las 41 en Málaga, dejando entrever la presencia de mafias dedicadas al tráfico de personas que organizan rutas desde Argelia.

Y es que cuando aumentan los inmigrantes que se lanzan al mar, suben también las estadísticas de víctimas mortales. El año 2016 fue el más trágico con diferencia en lo que se lleva de década, ya que según la APDH, en el 2015 las víctimas entre muertos y desaparecidos fueron 195, mientras que en 2014 ascendieron a 131. De los 295 fallecidos el pasado año, solo pudieron recuperarse 36 cadáveres: 33 de varones y 3 de mujeres. Con los datos en la mano, la APDH denunció que, «pese a todas las medidas tomadas, las políticas migratorias emprendidas por España y por la UE, son un claro fracaso».