Sebas Moyano está sólo centrado en el fútbol. Tanto compañeros como entrenadores que ha tenido en los últimos años coinciden en la misma valoración: «Él está pensando únicamente en el fútbol, en cada partido, en cómo aportar, incluso en generar buen ambiente. Lógicamente, sabe lo que pasa, pero deja trabajar a los suyos y se centra en el fútbol». Y en lo que a fútbol se refiere, lo tiene claro. Sebas Moyano seguirá en el Córdoba. Este periódico informó de que había varios equipos de Segunda que le siguen la pista, que le han cortejado para un posible futuro en común, como el Huesca, el Tenerife o el Alcorcón, así como otros de Segunda B, pero el de Villanueva del Duque tiene, hoy por hoy, las ideas claras: quiere seguir en el Córdoba, con el que tiene apalabrado un acuerdo y a pesar de que el club no le ha tratado como debiera. Eran otros tiempos, pero desde la antigua cúpula de la entidad blanquiverde se mandaban mensajes, en forma de imposición, sobre lo que debía jugar o no el futbolista. Suplencias y ausencias obligadas por la política del club y no por merecimientos deportivos. La meritocracia deportiva se doblegó ante la burocracia institucional impuesta por la anterior propiedad.

El actual Córdoba quiere tratarlo mejor. Pero no lo ha tenido fácil, entre otras cosas porque los derechos del jugador pertenecen aún al fondo de inversión SGR. Tanto desde el entorno del jugador como el del club y el mismo fondo de inversión SGR reconocen que el futbolista pertenece al fondo hasta el 30 de junio, después del laudo del TAS en el que no se atendían los requerimientos de la entidad blanquiverde y dejaba más que en el aire varios de los movimientos, incluso contables, que realizó en su día la entidad blanquiverde.

El Córdoba recibió en noviembre pasado el penúltimo revés en el Tribunal de Arbitraje Deportivo europeo (TAS), con sede en Lausana, que rechazó su demanda para que el fondo de inversión que tiene los derechos económicos de Sebas Moyano (Sport Global Rights ZEC) abonase los 730.000 euros por el jugador blanquiverde. Esta operación, de la que ha ido informando este periódico en los últimos años, se enmarcaba en una de mayor espectro, a través de la cual la entidad blanquiverde intentaba conseguir por medio de la cesión de una obra de arte la conversión de la deuda pública a corto plazo con la Agencia Tributaria en deuda a medio y largo plazo con un privado, operación que acabó de manera tormentosa para la entidad blanquiverde y que se inició en la segunda parte de la temporada 2013/14, campaña que finalizó con el ascenso a Primera en el Gran Canaria. A partir de ahí, el fondo de inversión entiende que el club incumplió lo firmado y que no recurrió a todos los estamentos tributarios y judiciales del país tal y como le obligaba el contrato firmado, mientras que el Córdoba aseguraba lo contrario y reclamaba, por tanto, el pago por Sebas Moyano.

DESEQUILIBRIO PATRIMONIAL / En el laudo, el TAS dejó acreditado el rechazo a la petición del Córdoba de que Sport Global Rights ZEC (RGS) abonase esos 730.000 euros, por lo que la entidad blanquiverde tuvo que registrar un apunte contable a pérdidas en sus registros por el mismo importe en las últimas cuentas presentadas, toda vez que en las de la 2014/15, y anunciado por el propio Carlos González dos semanas después del ascenso a Primera, se especificaba un ingreso por esa cantidad por «la venta de Sebas Moyano a un fondo de inversión», con el objetivo de «cumplir con las exigencias económicas» de la Liga de Fútbol Profesional. González habló de nuevo de «venta» en la junta de accionistas cuando no sólo no se había producido dicho ingreso, sino que -como refrendó el TAS en noviembre- era complicado que lo hubiera. Al no producirse de facto esa entrada en los ingresos, tocó inscribir en negativo ese fallido abono por el jugador canterano. Además, en el laudo se especificaba que las costas del proceso fueran a cargo del Córdoba en un 75% de su importe (el resto, a cargo de SGR) y también obligaba al club blanquiverde a pagar 40.000 euros, más el aumento anual por intereses del 17% de otras obligaciones con respecto al jugador. Por si fuera poco, la defensa del club corrió a cargo del despacho del prestigioso abogado deportivo Juan de Dios Crespo, con lo que teniendo en cuenta su minuta no es aventurado afirmar que el coste contable para la entidad blanquiverde sobrepasa, en mucho, el millón de euros, ya que hay que incluir, entre otras, una valoración fiscal realizada en su día a petición del club sobre el tratamiento fiscal de la obra de arte.

En un juzgado de Gijón, tal y como informó en su día este periódico y reconoció implícitamente después el club en el último balance presentado, existe una demanda de reclamación de cantidad en base a esta última valoración fiscal (unos 130.000 euros) y no se descarta una nueva demanda en torno al proceso entre SGR y el Córdoba, que se encuentran actualmente en negociaciones después de la llegada de Jesús León al club.

FINAL... PARA EL JUGADOR / Mientras tanto, un Sebas Moyano que tiene claro que su futuro está en el Córdoba (máxime con el cambio de propiedad), sigue ajeno a todo el laberinto burocrático y legal en el que se encuentra inmerso y sólo piensa en el fútbol. Como cordobesista. El joven jugador afronta la última etapa para salir del lío cósmico en el que le dejó la anterior cúpula. Ahora sólo queda saber cómo afectarán todos esos movimientos pasados al presente y al futuro de la propia entidad. León deberá desenredar el lío cósmico.