En fin, alguien dijo que cada cual vive en su mundo, y si no lo dijo, debió decirlo. Lo que llaman la sociedad real anda muy alejada de la minisociedad privilegiada que la rige y gobierna. Acabamos de enviar un mensaje de castigo duro y sin paliativos en la región que --como Florida en Estados Unidos-- suele ser la antesala de lo que pasa luego en el resto del país, pero, ellos, a lo suyo. Mientras la pasarela Cartuja dice que gobernará en solitario --había que verlos bajar esa pasarela como aquellos abducidos por las fuerzas extraterrestres al final de la película Encuentros en la Tercera Fase , u otro tipo de astronautas, porque no sé por qué a mí esa secuencia de la bajada de la rampa precedidos por el chicharito (que ya es lástima tener mote de por vida antes de nacer, y encima que te lo ponga tu propia madre) me evoca sin poderlo evitar una película de ciencia ficción--; mientras unos eso, ya digo, otros piden dimisiones para pactar; otros pactarían con el diablo; otros jamás pactarían; y al final el único pacto será el que le pare los pies a los extraterrestres, a los outsider , como se definió a sí mismo el jefe de la troupe extraplanetaria/extraparlamentaria. De nada ha servido que --otra película-- haya nacido una estrella, Juanma Moreno, aspecto bonachón y rizado de tocador de caja en un grupo rociero, convenciendo en el cuerpo a cuerpo pero pagando por los pecados ajenos. En fin, todos en su mundo, en los pactos en vez de en los pastos. Por cierto, que ya que dicen los bancos y el gobierno que esto va a ir de lujo, que nos devuelvan las nóminas robadas y los recortes. Si subimos, subimos, ¿no?

* Profesor