Se fue de Córdoba siendo un chaval y ahora es un padre de familia. Ya con mujer e hija, Fran Cruz se sigue definiendo como cordobesista. La historia del canterano es el resumen de la historia reciente del club blanquiverde y es bien conocida, aunque merece siempre la pena recordarla. El mayor de los Cruz Torres fue uno de los pilares de aquel conjunto cordobesista que subió a Primera 42 años después, acompañado en no pocas ocasiones por su hermano Bernardo.

Después del ascenso, el club decidió cederlo para buscar centrales más acordes a la categoría que, a la postre, terminarían descendiendo al equipo y protagonizando una temporada horrorosa. Fran tuvo muy pocos minutos en Alcorcón. Tras su vuelta a Córdoba, y después de una conversación con José Luis Oltra, el defensa fue consciente de que no tendría protagonismo, con lo que pidió la carta de libertad. Se marchó a Llagostera, donde tampoco terminó de irle bien y, de hecho, salió en el mercado invernal. Sin tiempo de reacción en España, el estudiante de medicina se marchó a la segunda rumana y, de nuevo, volvió a protagonizar otro ascenso a la élite. El pasado verano, Fran Cruz se marchó junto a su paisano Javi Hervás a la fría Miranda de Ebro. Titular indiscutible, el Mirandés protagonizó un espectacular arranque de temporada. No obstante, ahora, los de Anduva son los únicos que empeoran las cifras del Córdoba en las últimas siete jornadas.

-¿Le ha cambiado mucho la vida?

-Me ha cambiado para bien: el matrimonio, la paternidad, la salida al extranjero y ahora aquí en Miranda.

-Está a mitad de su carrera deportiva, ¿qué balance hace?

-Hago balance positivo. Todo lo que he vivido hasta ahora, aunque a corto plazo pensaba que era negativo cómo salir de Córdoba, irme a Llagostera y estar solo cuatro meses o tener que salir al extranjero, creo que ha sido una experiencia enriquecedora. He aprendido mucho. Como futbolista, he mejorado algo. En ese momento duelen las decisiones, pero todo lo que me ha pasado me ha venido muy bien. El año de Alcorcón, aunque jugué poco, me enseñó bastante. Y Bordalás, también.

-¿Qué le queda por hacer?

-Todo. No me pongo ninguna meta. Me quedan muchísimas cosas por hacer, por aprender. Quiero llegar lo más alto posible, hasta donde pueda.

-En el fútbol, ¿se llega lo más alto posible hasta donde pueda o hasta donde le dejan?

-Se tienen que dar ambas cosas.

-¿Qué le contará a su hija de ‘cuando era futbolista’?

-Que yo ascendí con el Córdoba a Primera División. A día de hoy, deportivamente, es el éxito más grande que he tenido.

-¿Cómo ve la categoría?

-Como años anteriores, una categoría muy abierta, sin una gran diferencia entre el ascenso directo y el descenso. Cualquier equipo puede tanto meterse ahí arriba como descender.

-El domingo, en cualquier caso, son dos equipos en horas muy bajas…

-Ninguno estamos en buena dinámica. Nosotros llevamos cinco derrotas consecutivas y hay que romper ya la racha. Va a ser muy disputado. El que mejor juegue se llevará los tres puntos.

-¿Con posibilidad de romper la racha ante el Córdoba?

-Sí, claro que sí.

-En Miranda, supongo, no habrá la presión social que hay en Córdoba.

-Hay 37.000 habitantes. ¿Presión? La justa y necesaria. Pero la afición está en todo momento con el equipo. La presión se la tienen que meter los jugadores.

-¿Qué le está faltando al Mirandés?

-Enganchar con la gente de arriba. Son cinco jornadas sin marcar y ser un equipo más compacto a la hora de atacar y defender.

-Córdoba y Mirandés estuvieron arriba, ¿qué ha fallado en el Córdoba para caerse?

-No creo que esté fallando nada en especial, ni soy quien para opinar de eso. El Córdoba tampoco pasa ahora por un buen momento, pero de todo se sale. El fútbol es muy de dinámicas.

-¿No le fastidia ver al equipo de su infancia con un solo central y usted ser central?

-No, la verdad. Cada cual tiene un camino marcado. A mí me ha tocado vivir esta experiencia y pienso aprovecharla.

-En cualquier caso, siempre hizo gala de su cordobesismo, ¿mantiene ese sentimiento?

-Claro. Ten en cuenta que cuando estás 16 años en un sitio es difícil que por salir se pierda ese sentimiento. El Córdoba ha sido, es y será siempre el club de mi vida, donde he crecido. No quita que como profesional, el domingo con el Mirandés, cuando pite el árbitro, se acabaron los sentimientos: a jugar y a competir.

-Fran, ¿Por qué se fue?

-Se reunieron conmigo. Me dijeron que contaban conmigo, pero que al principio iba a participar poco. Tuve la opción de salir al Llagostera y tomé la decisión por voluntad propia. Pensé que podría jugar más allí. Son decisiones. Te puede equivocar. El tiempo lo dirá.