LUGAR Y FECHA DE NACIMIENTO ESKORIATZA (GIPUZKOA), 1961

TRAYECTORIA TRAS DEDICARSE TODA SU VIDA A LA MUSICA, SE ESTRENA COMO ESCRITOR CON LA NOVELA 'ULTIMOS DIAS EN EL LIMBO'

Una curiosa y divertida foto de un grupo de niños en los años setenta, entre ellos el autor, invita a la lectura de la primera novela del músico vasco afincado en Córdoba Yonka Zarco, Ultimos días en el limbo (Bandaaparte). A través de sus páginas, Zarco --voz, guitarra y letrista de la banda Corazones Estrangulados, que hace unos meses recordó sus 25 años de trayectoria-- hace un relato autobiográfico de sus años en el País Vasco rural, en una época difícil y llena de incertidumbres, en la que el autor y sus amigos despiertan a la edad adulta y descubren que los cambios, la amistad, el amor, la pérdida, la consciencia o la rebeldía forman parte de la vida. "Todo empezó para saldar una deuda personal, ni siquiera creía que esta historia acabaría publicándose", reconoce el autor, que le ha "cogido gusto" a escribir y ya tiene otra historia entre manos.

--Hasta ahora siempre se ha expresado con la música, a través de canciones. ¿Cómo ha sido su primera experiencia literaria? ¿Qué poso le quedó al terminarla?

--Me ha quedado la sensación de no querer parar. De hecho, esta novela la empecé a escribir hace tres años y fue sin pensarlo. No tenía esto premeditado, pero me obsesioné con ella y en cuanto la acabé empecé con otra, porque esta es muy autobiográfica y me dejó un poco harto de realidad, de escarbar en el pasado. Cuando acabé me quedé con ganas de hacer pura ficción.

--En esta novela se adentra en su infancia. ¿Ha sentido la necesidad de recorrer un tiempo vivido, de recuperarlo?

--No exactamente recuperar ese tiempo, sino, de alguna manera, saldar una deuda personal pendiente. Cuando salí del País Vasco tenía doce años y mi cabeza bullía de emociones muy contradictorias. Y hasta que no la escribí no me quedé tranquilo. La salida del País Vasco me generó un pellizco en el pecho y escribirlo ha sido como reconciliarme con mi lugar de origen y con mis cosas personales y familiares.

--¿Qué queda en usted de aquel niño?

--No sé, posiblemente no mucho, porque es un niño que nació allí, vivió en Madrid y se desarrolló en Córdoba. Fui un niño raro y, a medida que crecí, más raro aún, hay cosas que son inmutables, pero ahora soy otra persona, ahora soy un cordobés, porque Córdoba engancha. He querido pintar un prenda con la ingenuidad de un niño de 12 años. Mi reto a la hora de escribir esta novela era dar a conocer un personaje que fuera un prenda, pero que tuviera empatía con el lector.

--¿Cree que un escritor siempre necesita contar algo propio aunque se rodee de ficción?

--La realidad supera a la ficción siempre y no es fácil desprenderse de la experiencia.

--A lo largo de estas vivencias también describe un País Vasco convulso. ¿Cómo lo vivió usted?

--En el fondo, a mí me daba todo igual, yo lo que quería era que me dejaran vivir, por encima de la ideología de mi familia y la de la calle. Eso es lo que quiero transmitir a lo largo de toda la novela. Las víctimas del terrorismo son muchos más que los que pertenecen a las asociaciones, porque el terrorismo trasciende a la violencia física, también la hay psicológica, y esta afecta a mucha gente.

--Cuando salió del País Vasco, ¿siguió interesado por sus problemas?

--Los vi de otra manera. En realidad, cuando llegué a Madrid me convertí en un etarra más, un poco por rebelión contra mi familia. Fue salir de allí y surgir mi alma abertzale, pero duró poco, un par de años. Con la música desapareció todo mi pensamiento político.

--¿Cree que Córdoba le podría inspirar una novela?

--De hecho, Córdoba es escenario de mi próxima novela. Se sitúa a finales del siglo XX y principios del XXI y quiero que quede redonda. Estoy haciendo todo lo posible por aprender a escribir mejor cada día y llevo dos años intentándolo para dejar redonda esta novela.

--¿Tendrá el mismo carácter autobiográfico?.

--No tanto, pero algo hay. La vida me ha enseñado que hay novelas reales mucho más fuertes que muchas escritas. Solo hay que leer los periódicos y haciéndolo te haces una idea de cómo está el mundo y de lo lleno que está de locos, la sensatez brilla por su ausencia.

--¿Para cuando en las librerías?

--No tengo ninguna prisa. Quiero que sea mi novela definitiva, pero espero que antes de final de año.

--¿Y que pasa con la música? ¿Seguira expresándose a través de las canciones?

--La música es un veneno y siempre estará ahí. Estoy abierto a todo lo que surja, pero ya sabemos como está la musica, no invita a soñar.