Trece cuentos. Bonita cifra para mostrar los inicios de un género que a finales del siglo XIX y principios del XX desplegaba su asombro por alambicados enigmas para armar un asesinato y servir de pasatiempo, de problema intelectual a los lectores. El artífice de la antología El cuerpo del delito (Siruela) que reúne estas historias esenciales es Juan Antonio Molina Foix (hermano de Vicente), editor, traductor, autor y estudioso de la literatura fantástica y policiaca clásica, y un enamorado del siglo XIX (ha traducido, recientemente, los cuentos de Stevenson y tiene entre manos una antología de relatos sobre escritores de Henry James).

El objetivo era hacer una foto finish de cómo el género echó a andar y a la vez huir de los ejemplos más trillados. "Quería que no fueran demasiado conocidos, con la única condición de que su calidad fuera excelente y que hubiera entre otros una gran variedad en el tratamiento de los temas". Y así ha sido, para empezar el recorrido no da comienzo con Edgar Allan Poe y sus Crímenes de la calle Morgue allá por 1841, tradicional kilómetro cero del género. Molina Foix propone una fecha anterior, 1834, con un relato de Nathaniel Hawthorne. "Poe era un gran admirador del autor de La letra escarlata y posiblemente leyó este cuento", y desestima los conocidos relatos del detective Auguste Dupin a la hora de seleccionar el cuento de Poe.

Grandes autores se dan cita en el libro. Como Charles Dickens, muy amigo de un inspector de policía a quien solía acompañar en sus paseos nocturnos para inspirarse en sus ficciones; o Wilkie Collins, colaborador de Dickens y autor de La piedra lunar , saludada unánimemente como la primera novela policiaca de la historia; el humorista Mark Twain; el no menos divertido Oscar Wilde, y una irónica y cruel historia de Jack London.

Naturalmente, no puede faltar un relato sobre Sherlock Holmes. Elegir un solo cuento no ha sido tarea fácil. Molina Foix, que los tradujo todos para la editorial Valdemar, finalmente, se decantó por el favorito de Arthur Conan Doyle, La banda moteada . Se admira el antólogo de la incombustibilidad del detective de Baker Street, de quien la pasada semana se estrenó la película Mr. Holmes , una nueva aventura apócrifa que lo recrea, con el rostro de Ian McKellen, nonagenario y en los años 40. "El de Holmes es un caso insólito, sus libros se siguen vendiendo y siempre hay alguien dispuesto a sacarle punta al personaje. He disfrutado mucho con Sherlock , la serie televisiva inglesa, porque pese a modernizarlo mantiene íntegro el espíritu de las novelas y relatos. En cambio, las películas de Robert Downing no tienen mucho que ver con el original".

RAREZAS La selección se detiene en los años 20 --"después de esa fecha, la novela policiaca se hace más psicológica y da paso a la novela negra"-- y presenta como curiosidad sendos relatos de Jacques Futrelle --dotado autor norteamericano que murió en el Titanic-- , una ingeniosa historia de asesinato en un cuarto cerrado, y de la Baronesa Orczy, creadora de La Pimpinela Escarlata y único elemento femenino de la antología. El cierre, una pesquisa del Padre Brown firmada por G. K. Chesterton, es también el favorito del antólogo y de Borges, que llegó a decir que la policiaca es la primera forma de la literatura popular que presta algún sentido poético a la vida moderna.