NACIÓ EN LA CARLOTA, EN 1972

FORMACIÓN: LICENCIADO EN PUBLICIDAD Y RELACIONES PÚBLICAS. TRAYECTORIA: ORGANIZADOR DE LAS JORNADA DE PUERTAS ABIERTAS 'SER PARTE DEL ARTE' DE SEVILLA. SU OBRA PICTÓRICA SE HA EXPUESTO EN PARÍS, FLORENCIA, MADRID, ISBRUCK O LOS ÁNGELES.

Antonio Hermán empezó a pintar siendo solo un niño y aunque su formación académica se centró en la publicidad y el diseño, su espíritu inquieto le llevó desde muy joven a experimentar con el lienzo y el pincel, utilizando una paleta siempre cargada de color. Autor prolífico y autodidacta, lleva más de una década viviendo del arte y demostrando que a la crisis hay que combatirla con imaginación. En su incansable afán de sacar el arte a la calle y llegar al público que no entra en las galerías, presenta ahora su obra en el restaurante cordobés La Abadía del Sacristán, en la plaza del Zoco.

--Dicen que corren malos tiempos para el arte.

--Es mejor no hablar mucho de la crisis, pero sí, es cierto que las cosas han cambiado en los últimos años en cuanto a la creación. La situación económica ha obligado a innovar, a reducir formatos, también ha afectado a las ventas y a las galerías, que cada vez tienen más dificultades para mantenerse.

--¿Están sucumbiendo muchos en ese proceso de cambio?

--La época de bonanza anterior había desembocado en una locura total, se vendía todo y se estaban pagando precios desorbitados a autores muy noveles. Ahora el panorama se está limpiando. Eso hace que artistas y compradores tengan que moverse más para encontrar lo que buscan, y con más conocimiento.

--Además de pintar, has creado una marca llamada Chumbo.

--Sí, nunca he dejado el diseño y ahora más que nunca compagino ambas actividades. Chumbo es una firma de camisetas y complementos ilustradas a mano.

--Llevas años viviendo en Sevilla, pero tu obra ha recorrido ya media España y media Europa, incluso ha viajado a Estados Unidos. Sin embargo, en Córdoba no se te ve. ¿A qué se debe?

--Bueno, dicen que nadie es profeta en su tierra... La verdad es que yo he intentado exponer muchas veces aquí, ha habido propuestas de varias instituciones, hace poco con la Diputación y la Fundación Botí, pero nunca se han llevado a cabo.

--Al final, has optado por exponer en un restaurante.

--Sí, y no se me caen los anillos, al contrario, me gusta que mi pintura salga a la calle, que esté en contacto con la gente. El arte debe formar parte de la vida cotidiana y no estar reservado solo a los coleccionistas. Además, tenía un compromiso con la dueña de La Abadía, que es amiga y lleva tiempo pidiéndome que exponga en su local. ¿Qué mejor momento que ahora que no se puede fumar?

--El color y el mar están muy presentes en tu obra, que es a la vez es muy crítica e irónica.

--Es cierto, prefiero pintar la belleza sin renunciar a la crítica. La serie Fumadoras , por ejemplo, habla del individualismo reflejado en mujeres de un solo ojo que fuman solas y visten de mil colores. Creo que el resultado es más digerible, no tan agresivo para el público.