Don Quijote de La Mancha , la obra más célebre de Miguel de Cervantes y uno de los títulos más traducidos de la historia, sólo por detrás de la Biblia, ya cuenta con su propia versión en la jerga rioplatense por excelencia, el lunfardo. La proeza ha sido posible gracias a la escritora y poetisa argentina Otilia da Veiga, quien, como titular de la Academia Porteña del Lunfardo, fue la encargada de dar forma en lunfardesco al capítulo número 74, último de la serie, que concluirá el "mayor Quijote políglota" de la historia.

El proyecto está impulsado por el Ayuntamiento de El Toboso (Toledo, España), lugar de origen de Dulcinea, la dama que robó el corazón del ilustre caballero manchego en la ficción de Miguel de Cervantes, y en el que transcurren algunos de los pasajes más reconocidos del libro. Esta edición multilingüe de la segunda parte de El Quijote , en el año en que se cumplen 400 desde su publicación, forma parte de la serie de actividades en homenaje a la obra protagonizada por el ingenioso hidalgo manchego y su escudero Sancho Panza.

Además, pretende honrar a los cientos de traductores que han contribuido a dar a conocer las aventuras de Don Quijote. Al conocer la iniciativa, Da Veiga se ofreció para participar en esta tarea con unas pautas bien definidas desde la organización, tal y como señaló la propia escritora. Conformado por cuatro hojas manuscritas por las dos caras, el capítulo en lunfardo no es muy extenso, aseguró la traductora, aunque fue complementado con varias ilustraciones, obra del artista plástico argentino Fermín Eguía.

Da Silva, quien ya tradujo al lunfardo a otros grandes escritores españoles, como Quevedo, aseguró que esta labor supuso un trabajo "arduo" para conseguir "respetar la métrica, la rima y la estructura, sin traicionar la intención".