No está mal como debut este largometraje, donde la acción y el drama combinan tan bien como les permite una intriga cuyo suspense ata al espectador a la butaca durante los noventa minutos que dura, donde su responsable (Dani de la Torre) no olvida introducir ciertos aspectos de tipo social muy en consonancia con la actualidad del aquí y ahora. Además, el entretenimiento está asegurado, demostrándonos que nuestro cine no tiene nada que envidiar al norteamericano cuando se pone manos a la obra.

Dos grandes virtudes ayudan en el notable resultado final del proyecto: la garantía que da el muy solvente actor que protagoniza el filme (Luis Tosar) y el sorprendente y espectacular dominio de la puesta en escena que realiza este director, demostrando un dominio total del artefacto que tiene entre manos, sirviendo como ejemplo algún que otro plano secuencia o la limitación que supondría tener secuestrado al protagonista en un asiento de coche sin movimiento alguno y manteniendo unos diálogos donde predominan las conversaciones telefónicas en forma de monólogo interrumpido por las circunstancias.

Desde un principio, el protagonista (un director de banco), en compañía de sus hijos, será dominado por alguien al otro lado del móvil que le chantajeará anunciando una bomba que explosionará si no consigue una alta suma de dinero.

La situación de este personaje no está lejos de aquella idea que encerraba al protagonista en una caja bajo tierra en la película 'Buried (Enterrado)', de Rodrigo Cortés. Aquí también se juega bastante con la claustrofobia, pese a ser una situación menos estática, pues el coche se mueve y mucho, y los personajes no permanecen a oscuras, en absoluto, sino en una especie de pecera con vistas a un futuro bastante negro: el todoterreno en que circulan frenéticamente por las calles de una ciudad gallega es como un ataúd rodante pendiente de un milagroso desenlace y de saltar los numerosos obstáculos puestos en el camino trazado por el guión que ha escrito Alberto Marini ('Mientras duermes') con suficientes giros dramáticos para mantener el interés del espectador de principio a fin de la película.