El Teatro Góngora acogerá el próximo sábado el estreno del espectáculo flamenco Romero de Torres. El alma de Andalucía , que también supone el primer montaje de la compañía cordobesa Cordança, dirigida por el bailarín cordobés Alvaro Paños y la bailarina murciana afincada en Córdoba Carmen Manzanera. A través de la danza, seis bailarines harán un recorrido por algunas de las obras más características del pintor "basándonos en el simbolismo del artista", señala Manzanera, que subraya que "no es un recorrido por su vida, sino nuestra interpretación de su obra, su figura y su personalidad", ya que "lo que nos interesa mostrar es la capacidad de sugerir, de establecer correspondencia entre los objetos, las sensaciones, el misterio y el ocultismo".

Además del cuerpo de baile, estarán sobre las tablas, que lucirá una "austera y básica" escenografía, Luis Medina, a la guitarra; Alfonso Aroca, al piano; Javier Rabadán, a la percusión, y Christian Guerrero y José El Calli, al cante, que interpretarán composiciones de Medina y David Rodríguez El Chupete .

"Romero de Torres nos llama mucho la atención porque era un fanático del flamenco, incluso llegó a concursar en Granada, pero no estaba dotado para el cante, aunque su cuadros trasmiten todo ese sentir", continua la bailarina, que asegura que el espectáculo refleja su afición al arte jondo, la copla o el toreo, sus prototipos humanos, siendo la mujer cordobesa la protagonista de sus pinturas. "Se dice de él que fue el pintor del alma de Andalucía", continúa Manzanera, que explica que durante el espectáculo se proyectará un video que hace un recorrido por imágenes de la antigua Córdoba, entrelazadas con cuadros del pintor y todo lo referente a la vida y obra de este artista, simulando un antiguo documental de la época con dotes contemporáneas.

A través de los números de baile, se escucharán campanas, el correr del agua de las fuentes o el murmullo de la gente, mientras los bailarines juegan con la guitarra, a la vez que marcan el compás por fandangos, creándose una coreografía en la que la protagonista es el instrumento de las seis cuerdas.

Los toros centran otro de los números del espectáculo, recreando un homenaje a los tres toreros de su época --Lagartijo, Guerrita y Machaquito--, para pasar después a la mujer cordobesa. "El eje principal de la escena es la mujer como protagonista sensual, trágica y de expresiones ambiguas, la dualidad de la vida entre lo religioso y lo profano", continúa la bailarina, que asegura que "jugamos con esa ambigüedad de la mujer, según el pintor, por un lado religiosa, ama de casa y sumisa, frente a una mujer sensual, apasionada, luchadora, divertida y dueña de sí misma".

En definitiva, "pretendemos desvelar los misterios de esas mujeres, que eran algo más que simples bellezas", continúa la bailarina, que explica que también se rinde un homenaje al cuadro Alegrías , uno de los más representativos del origen del flamenco, y, por supuesto, al lienzo Cante hondo , "donde el artista parece preludiar su muerte", y se convierte en el eje de la última de las coreografías del espectáculo.